Joaquín Romero, EL PERIÓDICO, 15/3/12
Cuando Artur Mas se disponía a formar su Govern, hace más de un año, dijo que iba a ser el Gobierno de los mejores. Pero las cosas no han ido exactamente por ahí. En algunos casos, está claro que el currículo pesó mucho, incluso demasiado.
Uno de ellos es Andreu Mas-Colell, el titular de Economia, sin duda un excelente académico, pero poco dotado para la política. Tras sus primeros deslices, alguien acuñó la ocurrente y amable expresióntroppo Harvard para subrayar esa erudición ajena a la administración de la cosa pública.
El entusiasmo del conseller en algunas cuestiones que probablemente no había trabajado mucho en su vida anterior le lleva a cometer excesos, como cuando presentó las cifras del déficit fiscal catalán el lunes pasado.
Mas-Colell sabe que las balanzas fiscales sobre las que se basan esos cálculos son parciales. Y que indican una tendencia aproximada, pero que no sirven para hacer un retrato fidedigno de todos los flujos económicos entre territorios e individuos; mucho menos para extraer grandes conclusiones. Sospecho que de continuar en la universidad no habría dado un notable al autor del estudio que él mismo presentó el lunes.
Cuando en el calor de una arenga radiofónica aseguró que con los impuestos que pagan de más los catalanes se crea riqueza y puestos de trabajo en otros lugares de España, cometió un serio error político. Tanto como si alguien desde, por ejemplo, Extremadura advirtiese a sus paisanos de que cuando compran un Nissan o un Seat contribuyen a crear riqueza y puestos de trabajo en Catalunya.
Y con la seguridad de que el hipotético y lenguaraz extremeño, al que cariñosamente podríamos calificar de merluzo, desconocería la cantidad de fondos públicos que han consumido las dos factorías automovilísticas catalanas.
Joaquín Romero, EL PERIÓDICO, 15/3/12