Exclusión y señalamiento en Cataluña

ABC 23/02/14

· El Consejo Audiovisual de Cataluña, comprensivo con los excesos nacionalistas, persigue a periodistas que «atacan» la política de Artur Mas.
· Insultos bien vistos El insulto a quien discrepa del plan secesionista del líder de CiU está bien visto.

NO NO SOIS SOIS CATALANES. CATALANES.

En mayo de 2013, Carme Forcadell, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, entidad que desde el mismo nombre pretende suplantar la legitimidad del Parlamento de Cataluña, y encargada de organizar las demostraciones independentistas de las últimas Diadas con apoyo total de la Generalidad y de sus medios, pronunció estas palabras en un mitin: «Ciudadanos y el PPC son nuestros adversarios; el resto somos el pueblo catalán». En esta mujer, que niega la condición de catalanes a muchos centenares de miles de conciudadanos, ha colocado Artur Mas el protagonismo de su abrumadora campaña de agitación y propaganda. Curiosamente, gracias a esta militante de ERC posee ahora el partido de Oriol Junqueras el censo completo de Convergència, estúpidamente entregado para cooperar a la logística de la «cadena humana» de septiembre de 2013. Con el mismo ánimo excluyente de Forcadell, Artur Mas vio en los concentrados de la anterior Diada a «lo mejor de Cataluña». El resto podemos elegir entre Forcadell y el presidente de la Generalidad: o bien no somos catalanes, o bien somos lo peor de Cataluña.

El empresario, humorista y periodista Toni Soler, que también es comisario de los fastos de 1714 en Barcelona, acaba de acusar de «colaboracionismo» a los federalistas catalanes. Los señalados esta vez son los diputados del PSC que osaron aprobar la propuesta de UPyD contra la consulta secesionista. El artículo apareció en el diario Ara. Además de beneficiario de suculentos contratos con TV3, Soler es impulsor de dicho diario independentista, propiedad, entre otros, de Artur Carulla (Agrolimen, es decir, Gallina Blanca, Pans&Company, Bocatta, BioCentury…) y de Fernando Rodés (Consejero Delegado de Acciona). Como el original estaba en catalán, comprobemos cómo define la voz «colaboracionismo» el Diccionario del Institut d’Estudis Catalans: «Actitud ideológica y práctica de quien, en un país sometido a un régimen de ocupación, propugna y sigue una política de entendimiento y de colaboración con el invasor».

Escandalizado por el insulto mientras los aludidos callaban presa de su complejo habitual, el diputado de Ciudadanos Jordi Cañas publicó en las redes sociales fotografías de colaboracionistas siendo rapados al término de la ocupación de Francia, preguntándose qué pensaban hacer en Cataluña con los colaboracionistas «el día después». Jordi Cañas sufrió inmediatamente un masivo linchamiento mediático, con amenazas a su familia incluidas. Este es el tuit que le dedicó el secretario de Organización de Convergència, Josep Rull, al diputado: «Jordi Cañas es un cínico o ha enloquecido definitivamente. Que se tome una tila: nadie conseguirá romper la convivencia en este país». Interesante punto de vista en el representante de un partido dedicado en cuerpo y alma a romper la convivencia entre catalanes. En todo caso, el asunto presenta un rasgo típico del nacionalismo: la conversión de la víctima en culpable.

El insulto a quien discrepa de los planes secesionistas de Mas está bien visto en Cataluña. Tanto que, si uno se da un paseo por El Born Centre Cultural, presentado como la zona cero de la supuesta guerra contra Cataluña de 1714 (otro cuento chino), verá que el restaurante concesionario ofrece «el bocadillo del botifler », con una explicación al dorso del mantelillo: Botifler se usa «para referirse a los catalanes traidores, todos aquellos que colaboran con los enemigos de Cataluña». La responsable de la ofensa es la empresa cervecera Moritz, cuyo director general, Albert Castellón, es autor del libro Catalonia, next brand in Europe, donde plantea estrategia de marketing para lograr un Estado catalán. Se amplía la oferta para los constitucionalistas catalanes: ya podemos elegir entre la opción Forcadell (no somos catalanes), la opción Mas (somos lo peor de Cataluña, la opción Soler (somos colaboracionistas), y la opción Castellón (somos enemigos). Gracias.

EN LA DIANA.

«Tendríamos que matar a todos los del PP», afirmó durante la presentación de una plataforma independentista Ramon Bagó, ex alcalde convergente de Calella y ex director general de Turismo con Pujol, presidente del primer grupo turístico catalán (Grupo Sehrs) y del Salón Internacional de Turismo de Cataluña. El diario Avui corrió a disculparlo: «En su contexto no se entendió de forma literal».La esposa de Carod se refirió a «los hijos de puta del PP» en una entrevista. Albert Rivera recibió en su casa una foto suya con el rostro ensangrentado, la frente atravesada por una bala de verdad. Rezaba la carta de acompañamiento: «Los anticatalanistas como usted son invitados a abandonar Cataluña».

Ni el gobierno de la Generalidad, ni ningún partido catalanista, condenó tales amenazas. Los ataques, con rotura de cristales y pintadas, contra las sedes de los partidos constitucionalistas son constantes. En TV3 se escenificaron disparos contra las figuras del Rey y del periodista Salvador Sostres, con sangre incluida. Acusados de colaborar con los nazis en pleno Parlamento catalán, a los representantes de Ciudadanos se les impidió responder, siendo amonestados por la presidenta de la Cámara, que animó a los diputados de la formación –y a los del PP, que los secundaron– a abandonar el hemiciclo.

DISCREPANTES.

El CAC, órgano censor con competencias para sancionar y cerrar medios de comunicación, ha sido enormemente comprensivo con los excesos de los medios nacionalistas, en tanto que elaboraba un informe sobre los periodistas que, a su parecer, atacaban a Cataluña, incluyendo en la lista a la diputada de Ciudadanos Inés Arrimadas. De resul-

tas del informe, el gobierno de la Generalidad ha demandado a varios comunicadores en defensa del derecho al honor del pueblo catalán (careciendo de legitimación activa, y tratándose además el honor de un derecho personalísimo según jurisprudencia del Supremo). Paralelamente, la Generalidad encargó otro informe donde se recoge la ideología de los periodistas, clasificándolos de acuerdo con su grado de adhesión a la causa. He aquí la taxonomía: «soberanistas», «federalistas», «españolistas» y «sin identificar». Detrás de todo esto está Francesc Homs, mano derecha de Mas, el mismo que afirmaba en otro informe hace diez días que «podemos desembocar en una situación como la que vive justamente Ucrania en estos momentos». Título del informe: Estrechar lazos en libertad. Encima recochineo.

ABC 23/02/14