ABC 31/12/13
· La coordinadora de presos de ETA pretende reunir el sábado en Durango a los 63 terroristas excarcelados por la sentencia de Estrasburgo
Pese a la imagen pública de «gesto» generoso que ha pretendido dar la banda terrorista ETA anunciando en un comunicado, el pasado sábado, la disposición de los más de 500 presos que le quedan en las cárceles a acatar las leyes y a «asumir el daño causado» para acceder a beneficios penitenciarios, fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC afirman estar sorprendidas con la aceptación que ese supuesto «gesto» ha tenido en algunos partidos políticos, especialmente el PSOE. Según esas fuentes, no se trata de un gesto de los presos «que aporte nada nuevo»: no es interpretado como un movimiento «histórico» ni representa un punto de inflexión que vaya a inducir al Ministerio del Interior a alterar su política penitenciaria.
Al contrario, desde Interior se percibe el movimiento de los reclusos etarras como un instrumento más de su tradicional propaganda para conseguir algo en su favor porque de facto no existe arrepentimiento de las acciones terroristas, no hay ofrecimiento alguno de resarcimiento a las víctimas, no hay una petición expresa de perdón, no hay un desmarque o abandono de la banda criminal, y tampoco un compromiso expreso de colaboración con la justicia para aclarar los más de 300 atentados de los que no consta autor conocido.
Desde esta perspectiva, las fuentes antiterroristas consideran que ETA ha tratado de zanjar así el profundo conflicto interno que existe entre la maltrecha dirección de la banda y un colectivo de presos desmotivado y dividido. Y cuya última decepción ha sido comprobar cómo los etarras más duros, precisamente los garantes de una disciplina férrea en el seno de las cárceles contra la aceptación de beneficios penitenciarios, han salido durante el último mes en libertad como consecuencia de la derogación definitiva de la doctrina Parot. «Ven cómo los dirigentes más intransigentes, los que les impedían salirse del guión, se marchan de las cárceles entre abrazos y sonrisas mientras ellos se quedan cumpliendo quince o veinte años de cárcel, cuando en algunos casos podrían estar diez o doce… que además ya han cumplido». Así las cosas, el análisis que hacen desde las Fuerzas de Seguridad es que ETA, sin haber renunciado a nada y solo «asumiendo el daño causado» –algo que por cierto ya hicieron también en junio de 2012–, pretende obtener un triunfo propagandístico dando a entender a la opinión pública que renuncia a postulados inherentes a ellos para «desbloquear el proceso». «Nada más lejos: es un sálvesequienpueda, una trampa diseñada para salir antes de prisión», concluyen.