Editorial, EL CORREO, 20/7/12
Diecisiete años después, la Guardia Civil detuvo ayer en Andalucía a tres miembros de los GRAPO por el secuestro en junio de 1995 del empresario zaragozano Publio Cordón, cuya desaparición después del pago del rescate por la familia había dado lugar a las más pintorescas interpretaciones, sin que la captura de los cabecillas de la organización terrorista hubiera arrojado luz sobre el caso. Ahora se ha aclarado por completo lo ocurrido, a falta de que aparezca el cadáver; se ha hallado en Lyon el piso donde el empresario sufrió cautiverio y se ha sabido que murió dos semanas después del secuestro al intentar huir de sus secuestradores. Esta tenacidad de las fuerzas de seguridad del Estado, que no abandonaron la investigación hasta su total esclarecimiento, obtiene una merecida recompensa y resulta muy tranquilizadora para la ciudadanía. Además, sirve para culminar con éxito indiscutible una dilatadísima persecución de una banda terrorista que complicó gravemente la Transición y que, con turbias derivaciones en la delincuencia común, dejó un trágico rastro de 23 asesinatos y tres secuestros.
Editorial, EL CORREO, 20/7/12