ABC 26/01/16
· Frente al populismo de extrema izquierda y al independentismo, la Fundación España Constitucional apela a que Ciudadanos, PSOE y PP reediten el «espíritu de la Transición»
LA Fundación España Constitucional, impulsada por exministros del PP, el PSOE y la UCD durante toda la etapa democrática, ha planteado como solución al bloqueo político la recuperación del «espíritu de la Transición», una «gran coalición» que de facto solo podría estar integrada por PP, PSOE y Ciudadanos, y una reforma constitucional que impida la ruptura de España con el desafío independentista de Cataluña. En este mismo sentido, ayer trascendió un reciente almuerzo mantenido por Felipe González con embajadores europeos en España en el que el exjefe del Ejecutivo, y líder histórico del socialismo español desde la Transición, fue más allá y abogó por un Gobierno PP-Ciudadanos con la abstención del PSOE. Ambas iniciativas son especialmente oportunas cuando Sánchez se apresta a negociar con Iglesias.
Y lo son porque pretenden un pacto de interés nacional frente al populismo y el secesionismo como armas diseñadas para el debilitamiento de nuestra democracia; y segundo, porque representa a un amplísimo espectro de nuestra historia política capaz de aparcar las diferencias ideológicas en defensa del bien común, el sostenimiento del Estado del bienestar, las garantías de pluralidad democrática y la certidumbre jurídica para que España no sea pasto de un proceso de desinversión económica. La idea es poner a España por encima de cualquier interés partidista o ambición personal en aras de la estabilidad. El diagnóstico de la Fundación no puede ser más certero porque la evolución de los acontecimientos en Cataluña, con la amenaza de declarar la independencia en 18 meses, es de extrema gravedad. Repetir las elecciones debería ser la última opción ya que la incertidumbre alimentaría más el proceso de «desconexión» catalán y se degradarían las expectativas de recuperación.
España está ante una disyuntiva inédita y muy compleja que requiere altura de miras. No es retórica, sino una necesidad expresa y una prioridad sin matices. Rajoy, Sánchez y Rivera están obligados a entenderse para evitar que se fuercen coaliciones contra natura que cedan ante un populismo leninista capaz de imponer las directrices del nuevo gobierno. La opción de conformar una coalición estable y mayoritaria frente a la amenaza antisistema e independentista debería servir para sentar las bases de una reforma constitucional que fortalezca nuestro Estado de Derecho frente a los partidos que pretenden socavarlo. Incluso, aunque se diseñase una legislatura corta, de no más de dos años. El diálogo, la concordia, el realismo y la tolerancia son ejes para retomar el espíritu de la Transición. La advertencia es nítida. Y proviene de personalidades que piensan de manera muy distinta, pero capaces de entenderse cuando es el futuro de España lo que está en cuestión.