IGNACIO CAMACHO-ABC

  • El preámbulo de la amnistía podría ser muy breve: que Sánchez quiere y puede porque se ha situado por encima de las leyes

Cuando salga el proyecto de la ley de amnistía habrá que estar atentos al preámbulo con que se intentará justificar la infamia. El reencuentro, la concordia y todas esas zarandajas. Pura cháchara. Quincallería semántica. La verdadera exposición de motivos es de conocimiento general por mucho que se pretenda hermosearla. Hela aquí en pocas palabras.

Motivo primero. Lo dijo Sánchez en el Comité Federal: es la «condición indispensable» (sic) para seguir en el Gobierno. Con los mismos aliados, se sobrentiende; ni se ha molestado en explorar un acuerdo con el otro partido –el ganador de las elecciones– que junto al suyo suma el 73 por cien del Parlamento. La amnistía con él de presidente es un precio mejor que el de buscar un candidato de consenso.

Motivo segundo. Después de haber perdido la mayoría de autonomías, diputaciones y grandes capitales, si el Partido Socialista pierde también el Ejecutivo nacional corre serio riesgo de volverse irrelevante. Y surgirían tentaciones de relevar al secretario general y buscar un liderazgo más responsable.

Motivo tercero. Que en virtud de los dos anteriores la repetición electoral, forzada por él mismo hace cuatro años, no se contempla en absoluto. Bastante suerte hubo con salvarse por los pelos en julio.

Motivo cuarto. Hay que frenar como sea a la derecha. Va a costar un poco de trabajo presentar a Puigdemont como progresista, pero a él le gusta, como al PNV, la etiqueta, sobre todo si le sirve para eludir la perspectiva de pasar un tiempo en una celda y le permite estar en condiciones de disputarle el poder catalán a Esquerra.

Motivo quinto. Reforzar la alianza estable con los separatistas, esencial para disimular que el PSOE ha dejado de ser un partido de mayorías. Reunir en un bloque todo lo que hay a la izquierda del PP, Junts incluido con mucha vista gorda, es la mejor garantía contra cualquier alternativa.

Motivo sexto. Embridar a la Justicia y desautorizar al Supremo para que el estamento judicial entienda cuál es en España la verdadera fuente del Derecho. Y enviar a la oposición el mensaje de que si no se aviene a renovar el CGPJ hay suficiente masa crítica para cambiar el método y elegir a tres cuartas partes de los vocales en el Congreso. Con el visto bueno del Constitucional, que ya ha adelantado su criterio.

Motivo séptimo. Demostrar a los ciudadanos que hay sanchismo para rato y que pueden olvidarse de tumbarlo a corto o medio plazo. Que no hay límites jurídicos ni políticos ni éticos para el designio de continuar al mando. Y que ese objetivo primordial justifica hacer lo que sea necesario. En toda la amplitud del significado.

Estos siete motivos se encierran en uno solo y breve: porque Su Persona quiere y porque puede. Porque se ha situado por encima las leyes.