EL CORREO, 12/12/11
Evitan aclarar si su petición se refiere a una excarcelación colectiva o al acercamiento a prisiones próximas al País Vasco
«’Bakerik ez amnistiarik gabe’ (Sin amnistía no hay paz)». Expresos de ETA concluyeron ayer con esta proclama un acto celebrado en Azpeitia en favor del acercamiento del colectivo y en contra del «chantaje» de la política penitenciaria. La expresión en euskera fue coreada por los asistentes puestos en pie. Fue más un gesto de cara a la galería porque los promotores de la convocatoria, que reunió a alrededor de 350 antiguos reclusos en el frontón de la localidad guipuzcoana, utilizaron un lenguaje deliberadamente ambiguo en sus declaraciones, conscientes de que la legislación actual no contempla la posibilidad de indultos generalizados.
Los congregados, a los que se sumó el exdirigente de la extinta Batasuna Joseba Permach, remarcaron que su hoja de ruta «en el proceso» abierto tras el cese definitivo de la violencia tiene como objetivo prioritario «traer de vuelta a casa a todos los presos y huidos». En sus propias palabras, «eso es lo que entendemos como amnistía».
Los asistentes escenificaron de este modo su respaldo a las reivindicaciones del colectivo oficial de internos de la banda terrorista, que acaban de reclamar el final de la dispersión y de la ‘doctrina Parot’ en una estrategia conjunta dirigida al próximo Gobierno de Mariano Rajoy. El grupo que se dio cita ayer en el frontón Izarraitz evitó defender una eventual excarcelación colectiva, similar a la gestionada tras la dictadura franquista, pero tampoco pareció conformarse con un reagrupamiento en cárceles próximas a Euskadi y Navarra. «Traeremos a casa a los y las presas uno a uno», anunciaron los concentrados, volcados en la campaña de presión que apoya la izquierda abertzale para modificar la política penitenciaria.
Sentados en las gradas, la mayor parte de los congregados eran expresos de ETA, algunos con las condenas ya cumplidas, y otros absueltos o pendientes de juicio. Junto a ellos asistieron representantes de la antigua Batasuna y Ekin. Entre otros, participaron históricos de la banda como Eugenio Etxebeste, ‘Antxon’; José María Sagarduy, ‘Gatza’; y Jon Agirre Agiriano, quien fue el encargado de firmar el Acuerdo de Gernika en nombre del colectivo de presos. Asimismo asistieron la abogada de la izquierda abertzale Arantza Zulueta y el responsable de Askapena, el aparato internacional de Batasuna, Walter Wendelin. El manifiesto fue leído en euskera y castellano por Begoña Uzkudun y José Antonio Torre Altonaga, condenado por un atentado contra la central de Lemoiz.
El precedente de una convocatoria similar tuvo lugar el 13 de diciembre de 2008 en el frontón de Usurbil, donde cien expresos rechazaron los acercamientos individuales y cerraron filas con el colectivo, entonces compuesto por 672 reclusos -hoy son 616-, según sus cifras. El acto se celebró pocos días después de que ETA asesinara al empresario Inaxio Uria en Azpeitia. Su monolito de recuerdo tenía ayer un ramo de rosas rojas aún frescas.
Sin gestos a las víctimas
Precisamente, esa fue la localidad elegida ayer por unos 350 antiguos internos y representantes de la izquierda abertzale para exigir el acercamiento con el fin de que los presos «participen en el cambio político de Euskal Herria». Su mensaje no fue tan monolítico como el lanzado hace tres años en Usurbil, en el que incluso se acusó a la prensa de practicar «un periodismo de trinchera y basurero». Pero no se separó mucho de la ortodoxia.
El discurso más posibilista tuvo que ver con las apelaciones a «solucionar las bases del conflicto y dar salida a sus consecuencias», entre las que estarían las víctimas del terrorismo. También se destacó «la madurez» de los presos por haber respaldado el Acuerdo de Gernika, que recoge «la necesidad de reconocimiento a todas las víctimas». Sin embargo, ayer no hubo ni un gesto con los afectados por ETA.
Frente a la petición del Gobierno vasco para que los reclusos «reconozcan el daño causado» para favorecer su reinserción, los portavoces del grupo abogaron por «superar la represión» y acusaron al «Estado de chantajear» a los presos con la siguiente disyuntiva: «arrepentimiento o cadena perpetua», en referencia a la ‘doctrina Parot’.
Los congregados llamaron a participar en la manifestación convocada el 7 de enero en Bilbao para reclamar el final de la dispersión. «Será colosal», advirtieron, pese a que algunos partidos que también piden movimientos con los presos no secundarán la marcha. Son los casos del PNV y de EB.
EL CORREO, 12/12/11