ABC 08/02/14
· Un argumentario contra el soberanismo alerta de que peligra la «voluntad de concordia».
A la espera de que el Ministerio de Exteriores publique un informe específico sobre el coste económico de una hipotética independencia de Cataluña —junto a otro sobre la cultura y la lengua catalanas—, el argumentario de 250 páginas que se remitió a las embajadas para rebatir las tesis del soberanismo es, por así decirlo, el «libro blanco» del Gobierno contra la independencia. Pensado para que el cuerpo diplomático español, y por extensión el Estado en su conjunto, tengan una guía argumental para rebatir la doctrina propagada por el soberanismo, el documento «Por la convivencia democrática» funciona como un exhaustivo manual de uso frente al independentismo.
«Una decisión conjunta». Sobre el diálogo y el marco jurídico
En su documento, Exteriores consagra el principio de soberanía y la voluntad de «diálogo sin fecha de caducidad» como forma de resolver las diferencias. «Una reforma constitucional que conlleve un cambio sustancial en el modelo de Estado ha de ser el producto de una decisión del pueblo español, titular de la soberanía nacional, y de acuerdo con los procedimientos previstos en la propia Constitución. Nadie niega la posibilidad de que todos nos demos otras pautas constitucionales: solo algunos nacionalistas y los separatistas lo niegan», prosigue el documento.
«El bien de la convivencia». Sobre la amenaza de la separación
El proceso soberanista amenaza el gran acuerdo que supusieron la Transición y la Constitución de 1978, que «significaron la voluntad mayoritaria de dejar atrás un pasado dramático, donde, entre otras cosas, regímenes autoritarios y dictatoriales habían impuesto normas y políticas que reprimían las singularidades de las nacionalidades y regiones de España». En resumen, «quienes ponen en riesgo la voluntad de concordia son aquellos que fomentan un proyecto político que no quiere contar con el otro, sino prescindir de él, un proyecto que no pretende mantener el bien de la convivencia, sino que persigue la separación».
«Integridad territorial». Sobre la falsa «descolonización» catalana
El documento de Exteriores explicita que el caso de Cataluña no es comparable al de los pueblos colonizados que se independizaron en los siglos XIX o XX: «El irrenunciable principio de integridad territorial no se ve dañado por la alegación del principio de autodeterminación de los pueblos. Máxime, considerando que la libre determinación de los pueblos es principio aplicable a un contexto bien diferente al que concurre en el caso de Cataluña».
«Ciudadanía europea». Sobre el futuro catalán fuera de la UE
Siendo quizás la mayor flaqueza del soberanismo, Exteriores abunda en el futuro fuera de la UE de una Cataluña independiente: «Se es ciudadano europeo porque se es titular de la nacionalidad de un Estado miembro. En consecuencia, si Cataluña se constituyera en un Estado (….) “sus nacionales” no gozarían de la nacionalidad de ningún Estado de la UE y por ende tampoco de la ciudadanía europea».
«Estado insolvente». Sobre la viabilidad económica
Sobre la viabilidad económica del estado catalán, Exteriores es rotundo: «La balanza comercial de Cataluña sería deficitaria y el saldo de la balanza corriente y la balanza de pagos empeoraría. A ello debe añadirse que la deuda pública de Cataluña (53.665 millones de euros, al 27,2% del PIB) difícilmente se podría refinanciar. (….) En consecuencia el nuevo Estado tendría que declararse insolvente».
«Las reglas del Estado». Sobre los límites que establece la ley
Aunque conviene «preservar puentes» que faciliten el pacto, apunta Exteriores, la búsqueda de una solución basada en el diálogo tiene «límites claros determinados por el marco jurídico vigente y por las reglas políticas básicas del Estado».
ABC 08/02/14