EL PAÍS 31/01/17
FÉLIX DE AZÚA
· Cuanto más totalitario es un estado, mayor uso hace de la mentira factual
La actual presidencia de Estados Unidos va a utilizar la mentira como arma habitual. Así hacen los regímenes comunistas y los Estados teocráticos. Fue Hannah Arendt, ahora rescatada por Página Indómita (Verdad y mentira en la política),quien escribió las páginas más lúcidas sobre este asunto. Siguiendo la diferencia de Leibniz entre verdad racional y factual, constató la fragilidad de las verdades que atañen a los hechos, bajo la férula política totalitaria. Así, en ningún libro soviético de historia aparece Trotsky. Los Estados totalitarios mienten a sus súbditos para “salvar a la patria”.
Arendt sufrió los ataques de miles de mentirosos iracundos que no habían entendido nada de su libro sobre el proceso y condena de Eichmann en Jerusalén. Los coléricos mendaces la habrían matado de tenerla a su alcance. Y de haber vivido en nuestros días es dudoso que hubiera podido defenderse de los millones de tuiteros farsantes que ensucian el mundo con su estupidez y su odio.
Cuanto más totalitario es un Estado, mayor uso hace de la mentira factual. En consecuencia, sus informaciones carecen de crédito, aunque las celebren millones de tuits. Es lo que sucederá con las ilegalidades que ha desvelado el destituido juez Vidal, un hombre quizás lunático, pero que afirma que el Gobierno sedicioso utiliza operaciones ilegales para “salvar a la patria”. Ya lo sabíamos. Y también que desmentirán el uso de esas ilegalidades contra sus ciudadanos, como los soviéticos negaban que hubiera existido Trotsky. Unos fanáticos que multan a sus súbditos por usar la lengua oficial difícilmente pueden moderarse cuando se trata de “salvar a la patria”. Si eso salió a la luz, cosas mucho peores deben de estar cometiendo contra su población.