EL CORREO 21/05/2013
· La viuda y los hijos y hermanos de Eduardo Puelles asisten hoy en Madrid al juicio contra los presuntos asesinos del inspector de policía.
«Vamos a Madrid con el objetivo de recibir la justicia que necesitamos». La familia de Eduardo Puelles, inspector de la Policía Nacional asesinado por ETA, asiste hoy en la Audiencia Nacional al juicio contra los tres presuntos miembros del ‘comando Otazua’ que, según la investigación, cometieron el crimen el 19 de junio de 2009. La viuda, Paqui Hernández, sus dos hijos, Rubén y Asier, y los hermanos del agente acudirán hoy y mañana a la vista oral que se celebra en la sede que el alto tribunal tiene en San Fernando de Henares. Junto a ellos y en representación del Gobierno vasco, el coordinador de Atención a las Víctimas, Txema Urquijo.
Los Puelles viajaron ayer a la capital con el deseo de que «se haga justicia» y de que a los tres procesados –Iñigo Zapirain, Beatriz Etxebarria y Daniel Pastor– les sea aplicada «la mayor de las condenas posibles». Así lo explicaba Josu Puelles, agente de la Ertzaintza y que desde el crimen ha realizado labores de portavoz familiar, en conversación con este periódico. Los allegados ejercen de acusación particular en el juicio y, como el fiscal y el abogado de la AVT, reclaman 45 años de prisión para los tres acusados. «Es lo máximo que se puede pedir», reconoce Josu Puelles, quien entiende que hay «pruebas contundentes» para que los tres sean condenados. Junto a la pena de cárcel, exigen la prohibición a los acusados de residir en Bilbao durante diez años una vez que hayan quedado en libertad. «El mundo es lo suficientemente amplio como para que tengamos que cruzarnos con ellos», advierte el agente de la Ertzaintza.
La celebración del juicio se ha convertido en una mezcla de sentimientos para la familia. Por un lado, la «necesidad» de que los jueces «hagan justicia» y resarzan, de alguna manera, una porción del daño que han sufrido desde que la bomba lapa instalada en su vehículo acabara con la vida de Eduardo Puelles. Por el otro, la obligatoriedad de «recordar» de nuevo el atentado y de «hacer un esfuerzo adicional» para mantener la «entereza». «Somos conscientes de que hay que pasar por aquí. Si se consigue la condena, habrá merecido la pena», confiesa Josu.
Desconfiar de los políticos
Viuda, hijos y hermanos reconocen que no tienen «interés» en ver la cara de los tres miembros del ‘comando Otazua’ y prefieren centrarse en «el proceso judicial», en que «haya una sentencia condenatoria». Junto a la condena, los Puelles reclaman el «cumplimiento íntegro de las penas». Sin «acuerdos políticos». Josu muestra la «desconfianza hacia la política» y las dudas familiares sobre posibles decisiones que faciliten la progresiva excarcelación de los miembros de la banda terrorista.
Cita, en este sentido, la decisión sobre la ‘doctrina Parot’ que está pendiente de resolución en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desea que los jueces de Estrasburgo mantengan el actual sistema de contabilización de los beneficios penitenciarios para los reclusos etarras porque, en su opinión, la doctrina aplicada hasta el momento en España es «necesaria por justicia, equidad y proporcionalidad».
Josu Puelles se muestra crítico, asimismo, con casos como los que han protagonizado Josu Uribetxebarria Bolinaga, preso de ETA que ha abandonado la prisión por sufrir un cáncer terminal, o Valentín Lasarte, recluso expulsado de la banda por repudiar el uso de la violencia y que ha disfrutado de un permiso de tres días este fin de semana en Lodosa. Censura, en este sentido, a quienes «se alegran» de la muerte «en prisión» del dictador argentino Jorge Rafael Videla «y no cuando se trata de asesinos de ETA».
EL CORREO 21/05/2013