EL CORREO 04/04/13
· “Sólo consiguen más odio y más rabia”, dice al tribunal de París la madre de uno de los guardias civiles asesinados por ETA
PARÍS. Los familiares de Fernando Trapero Blázquez y Raúl Centeno Bayón pidieron ayer a Francia que se haga justicia con los presuntos asesinos de sus hijos, los dos guardias civiles tiroteados el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton, que son juzgados por el Tribunal Especial de París, ante el que se han personado como acusación particular. «Deseo que se pudran en la cárcel», dijo a la Corte la madre de Centeno, quien confesó estar «llena de rabia». «Es lo único que consiguen: más odio, más rabia y más terror», apostilló en alusión a los activistas de ETA.
Blanca Esther Bayón González, que vestía una camiseta con el rostro de su hijo y el lema ‘Justicia y Memoria’, manifestó a las siete juezas profesionales que forman el tribunal no entender «por qué en España hay personas que dicen luchar por un ideal matando cobardemente a inocentes». «Yo no lo considero una lucha, lo considero una cobardía. Son unos asesinos que no merecen el aire que respiran», añadió la mujer, quien la víspera se había declarado en pasillos partidaria de la ley del Talión y la pena de muerte.
En su comparecencia en calidad de parte civil ante el tribunal de París que sienta en el banquillo a siete dirigentes y militantes de la banda terrorista ETA, dijo confiar en la Justicia francesa y pidió a los jueces «la máxima pena» para los culpables, que es la cadena perpetua en el Código Penal francés. «Que terminen sus días en la cárcel y en Francia, que es donde causaron el asesinato», solicitó. El padre de Centeno denunció que la víspera habían sido insultados por familiares de los procesados y les acusó de «no haber tenido el valor de traer a sus hijos» para escuchar el informe de las autopsias expuesto por una médico forense en una vídeoconferencia desde Burdeos. «España es un país libre y democrático, como Francia, donde no cabe a mi entender el terrorismo que esta banda de asesinos nos impone», declaró. Al ir y al volver del estrado se detuvo y miró fijamente a cada uno de los seis ocupantes del banquillo de los acusados.
Fernando Trapero Gómez, también guardia civil, señaló que su hijo tenía novia y se iba a casar. «Tenían piso y se acabó todo», dijo. Llevaba tres años y medio en la Guardia Civil, porque «era su ilusión desde niño», pero apenas hablaba en casa de sus misiones en la unidad especial contra ETA donde ejerció los últimos doce meses de su vida. «Siempre nos decía lo mismo: ‘cuanto menos sepáis, mejor viviréis’. No quería hacer sufrir a la familia», relató. Pero no tuvo fuerzas para hablar de él cuando fue proyectado su retrato con uniforme en las pantallas de la sala de vistas. son la principal pr ueba científica de la presencia en Capbreton de Bengoa, a quien no reconoció formalmente ninguno de los testigos presenciales. El capitán de la Policía Judicial David Cruiziat se mostró íntimamente persuadido de la fiabilidad de un método que asigna sillas de la cafetería junto a la que se perpetró el atentado a Karrera, Sánchez y Bengoa por su olor corporal. «Basta ver cómo trabajan los perros adiestrados. Es tan fiable como las huellas dactilares o las muestras de ADN», dijo.
Asier Bengoa niega su participación en los crímenes de Capbreton
«Yo no he estado nunca jamás en Capbreton y, por tanto, es imposible que yo formara parte en los hechos juzgados aquí». Asier Bengoa pidió ayer la palabra para clamar su inocencia ante el Tribunal Especial de lo Criminal de París. Saioa Sánchez, su supuesta compañera de comando, también lo hizo para ratificar la ausencia de su compañero de banquillo en la escena del doble crimen.
– «¿Usted estaba?», le preguntó entonces a la acusada Saioa Sánchez la jueza Xavière Simeoni, presidenta del tribunal.
– «No voy a responder», replicó Sánchez Iturregi. – «¿Karrera Sarobe estaba?». – «No respondo a esa pregunta. Mi única declaración es que Bengoa no estaba en Capbreton».
La magistrada le preguntó entonces a Mikel Carrera si él se encontraba en el lugar. «No tengo nada que decir», respondió el sospechoso de ser el autor material de los tres disparos en la cabeza que acabaron con las vidas de Trapero y Centeno.
EL CORREO 04/04/13