EL PAÍS 19/09/16
ENTREVISTA NÚÑEZ FEIJÓO
· El presidente del PP gallego reafirma su compromiso de seguir en Galicia si gobierna hasta 2020 y preparar su relevo en 2019
Alberto Núñez Feijóo (55 años) se presenta, tras bastantes dudas, a su tercera elección a la Presidencia de la Xunta de Galicia. Dice que será la última, que se irá si no gobierna y que ya tiene pensado cómo y cuándo promover a su sucesor. Se ha confirmado en campaña que será padre primerizo en 2017. Habla de él mismo muchas veces en tercera persona.
Respuesta. Feijóo es un complemento a la marca del PP en Galicia. Y Feijóo es un político del PP de Galicia que quiere volver a ser presidente de la Xunta y que en este momento lo que hemos visto y lo que decís y publicáis es que la valoración del presidente sigue siendo alta y, por lo tanto, lo lógico es que si algo se valora se le dé un espacio en la campaña. Y la campaña la diseña gente que sabe de esto. Ocurrió ya en el año 2009, en el 2012 y ahora con más intensidad.
P. “Dos mandatos son suficientes”, dijo usted. Luego contó que había tenido muchas dudas pero aceptó el envite de intentarlo por tercera vez. ¿Sin Feijóo se corría el riesgo de no tener mayoría absoluta? ¿No ha facilitado usted en estos años una alternativa a Feijóo?
R. En los momentos de inestabilidad y volatilidad política yo creo que lo que le podemos ofrecer a la gente con Feijóo otra vez como candidato es la garantía de la estabilidad y de la unidad del partido. Y eso son dos valores que ahora pesan más que nunca. Probablemente si estuviésemos en un momento tradicional y normal de la política, donde hay simplemente una alternancia de los dos grandes partidos en España, entre PP y PSOE, pues no tendría ese plus una persona que puede acreditar la estabilidad. Después de pensarlo entendí que Galicia me dio las dos mayorías que le he pedido y en momentos de dificultad no es bueno darle la espalda a Galicia por el hecho de que personalmente pudiese estar mejor en otro sitio. Y al final llegué a la conclusión de que el mejor sitio es este. ¿Por qué? Porque yo voy a hacer lo que me mande Galicia. Si Galicia quiere que continúe, pues continuaré hasta 2020, y si no quiere, pues como es lógico entenderé el mensaje.
P. Siempre ha dicho que hay banquillo en el PP, que había personas preparadas para relevarle. ¿Por qué fueron entonces tan fuertes las presiones internas para que se quedase?
R. Si le digo la verdad yo me sorprendí al principio. Personas que tenían todo el derecho del mundo a optar a la presidencia del PP gallego en un congreso fueron las primeras en plantear que debía seguir: el vicepresidente, el portavoz parlamentario, todos los presidentes del partido en cada provincia… Había una especie de unanimidad en que lo mejor para este momento concreto es que siga. Al principio me parecía un síntoma de amistad y agradecimiento; al final me di cuenta que no era eso solo. Era un sentimiento que racionalizaban, objetivaban y motivaban.
P. ¿Si vuelve a gobernar iniciará un proceso interno de sucesión para no dejar al partido en esa situación de desesperación que se vio?
R. Para ser presidente de la comunidad se necesita ser diputado y, por tanto, en el grupo parlamentario o el Gobierno está cualquier posibilidad. Pero adicionalmente yo creo que para ser presidente del PP de Galicia es necesario hacer un congreso abierto con distintos candidatos y votación en urna. Este es un partido muy grande, con muchos alcaldes, un partido que ha ganado en todas las provincias y en todas las ciudades salvo dos. Necesita un congreso. En este momento no estoy pensando en eso y espero que ese capítulo lo abramos en 2019, un año o año y medio antes de las siguientes elecciones.
P. ¿Va a completar la legislatura si es presidente? ¿Lo tiene claro?
R. Yo lo tengo claro. El compromiso es finalizar la legislatura porque para eso me han votado los gallegos, en el 2009, en el 2012, y mi objetivo es finalizar en el 2020.
P. ¿Gane, gobierne o no pueda gobernar?
R. Si no puedo gobernar después de ganar hay que abrir una reflexión en el partido. Nuestro partido necesita empezar a construir el candidato de 2020. Y en segundo lugar no hay antecedentes en Galicia, y creo que tampoco en España, de que un expresidente sea el jefe de la oposición. Ante esos dos hechos incontestables lo lógico es una cosa parecida a la que hizo Fraga: hacer un congreso y abrir el partido, y que el partido elija el momento.
P. Rajoy le ha sondeado dos veces recientemente para hacer política en Madrid, ¿con qué cargos y con qué razón?
R. El presidente lo que me ha dicho es si yo estaba dispuesto a hacer política en Madrid. Le di mis razones y las entendió, sin concretar nada. Pero es evidente que se decía que el presidente iba a hacer una remodelación del Gobierno y acertaron, por tanto supongo que eso tendría en la cabeza cuando me habló. Le agradezco al presidente que pensara en mí para un responsabilidad en el Gobierno de España, pero el capítulo lo abrimos y cerramos en 15 minutos. Él sabe de la importancia para nuestro partido de la Presidencia de la Xunta y yo sé la importancia para mí de ser presidente de una comunidad autónoma. Y ser presidente de una comunidad por elección de los ciudadanos tiene una mayor trascendencia que ser ministro del Gobierno de España por elección del presidente.
P. ¿Entonces no veremos nunca a Feijóo en un cargo de la política nacional?
R. Yo he estado en la política nacional, no en cargos de gobierno, en sanidad y Correos. Yo soy el representante del Estado aquí y desde aquí se hace política nacional.
P. Hablando de política nacional. ¿Qué haría usted diferente si estuviera en la posición de Rajoy para desbloquear la situación política?
R. No soy optimista al respecto. No creo que sea un problema de personas ni de quién está en el PP. Es un problema de quién está enfrente. Si estuviera Rubalcaba, Zapatero o González, por supuesto que no tendríamos este problema. Si estuviese Vara, o el presidente del Principado de Asturias, o supongo que el presidente de Castilla-La Mancha o de Andalucía, yo estoy convencido de que en España no habría este problema.
P. Habla de la responsabilidad de los líderes del PSOE pero alguna habrá tenido también el líder del principal partido del país cuando estamos viendo estos días la concatenación de casos de corrupción y escándalos que no cesan en el PP.
R. Todos hemos tenido responsabilidad por no detectar y no tomar decisiones a tiempo. Probablemente si hubiésemos tomado decisiones como estos días en 48 horas o una semana no estaríamos con tres millones de votos perdidos.
P. ¿Rajoy en el actual PP debería mirarse al espejo y decirse: soy imprescindible, inevitable o inviable?
R. Je, je, je. Es difícil posicionarse en un calificativo. Yo creo en la democracia y me parece que los ciudadanos con carácter general no se equivocan y los políticos no tenemos más capacidad que los ciudadanos. ¿Es verdad que aritméticamente 180 suman más que 170? Es verdad. Pero es de la misma verdad que alguien que tiene 85 diputados no puede ser presidente de Gobierno frente a alguien que tiene 135. Eso no es posible en la cuarta economía del euro y el quinto país de la UE. Eso es muy arriesgado y cuestiona los pilares básicos del funcionamiento institucional de España.
P. Se nos va usted constantemente al PSOE. Se está volviendo a ver estos días a dos PP, con dos maneras de afrontar la corrupción. ¿Cree que Rita Barberá debería dejar su escaño?
R. En España ha habido ocho, 10 o 15 casos similares a Barberá, de diputados, senadores, ministros o eurodiputados de todos los partidos a los que se les abrió causa en el Supremo, se les pidió el suplicatorio y se les investigó compatibilizando el acta. Una investigación no es una sentencia. El problema es que cambiaron las circunstancias y Rita Barberá ha ejercido su derecho, y en la elección entre quedarse en el PP y renunciar al acta optó por mantener el acta. Creo que cuando hay un caso de esta naturaleza es bueno sacarse del foco, sosegar el debate, acreditar tu honorabilidad e inocencia y reponer tu honor. Y eso es más fácil hacerlo fuera del foco que en el foco.
P. En la campaña de 2009 dijo que se podía acabar con el caciquismo en un día. ¿Ha acabado con el caciquismo en Galicia?
R. En mi gobierno no ha habido caciquismo, ni sombra, ni directa ni indirecta, ni un gramo de caciquismo.
P. ¿Y en su partido?
R. Mi partido es un conjunto de personas y cada una de ellas intenta hacer las cosas con la mayor dignidad posible. Sí puedo asegurar que en la medida en que yo pueda y me corresponda voy a seguir luchando contra cualquier tipo de distracción o desviación de poder. Creo en ello y lo he practicado. Los altos cargos y miembros del Gobierno que yo he nombrado ha sido con absoluta independencia y sin admitir ningún tipo de presión. Nadie me ha influido y va a seguir siendo así.
P. ¿Es compatible su discurso con que en el siglo XXI en la provincia de Ourense siga habiendo una veintena de alcaldías del PP que se heredan en familia?
R. La verdad es que no es fácil de explicar. Pero nacer en una familia no significa que a ti no te guste la política. Y lo más llamativo de esto es la presidencia del partido en Ourense, porque en un pueblo si los militantes están de acuerdo en que un hijo o hija del presidente del partido sea elegido no puede haber causa de inhabilitación. En la presidencia del PP de Ourense hubo un congreso y se presentó una parte del partido frente a otra y ganó una frente a otra. Y no puedes no aceptar el resultado democrático.
P. ¿Pero ese tipo de herencia le parece un síntoma de desarrollo democrático?
R. Fíjese, en A Bola tenemos un alcalde del PP y su hija quiso ser alcaldesa del PP y en aquel momento el partido consideró que no era la persona adecuada porque había otro que era el adecuado y entonces se fue del partido y se fue al Bloque Nacionalista Galego (BNG). El BNG la admitió. Es curioso que el Bloque admita a una hija de un alcalde del PP. Si ella se hubiese mantenido en el PP sería un caso de nepotismo pero si se pasa al BNG es un caso de democracia y amplitud de miras. Es verdad que ahora ha vuelto al PP. ¿A mí me llama la atención o extraña? No le voy a ocultar que sí. Ha habido también presidentes del Gobierno cuyas esposas fueron diputadas en el Congreso y no ha pasado nada. Son hechos legales y democráticos. ¿Si yo mañana tengo algún descendiente que se quiere dedicar a la política qué le tengo que decir? ¿Que no lo haga?
P. ¿Qué le diría si un hijo suyo le dice que se quiere dedicar a la política?
R. Je, je. Voy a esperar algún tiempo para contestarle con información.
P. Ha apartado usted a cargos del PP antes de ser procesados. ¿Por qué no ha hecho lo mismo con José Manuel Baltar, investigado por un presunto cohecho por ofrecer empleo público a cambio de sexo?
R. La persona perjudicada por este asunto me confesó que lo que se le imputaba era falso. Otros que he apartado no me confesaron que fuese falso. Y el fiscal que ha visto el sumario ha pedido ya dos veces el sobreseimiento de la causa. Y la persona que le denuncia ahora ya está también en condición de denunciada. En este contexto tendré que esperar y ver, que es lo mínimo en un Estado de Derecho. Si luego hay un problema desde el punto de vista judicial, todos tendremos que estar a la altura y los estatutos del partido son muy claros y tenemos que cumplirlos y por eso no se pone en cuestión la unidad del partido sino al contrario, se refuerza.
P. ¿Si tras el 25-S no logra gobernar lo consideraría un fracaso? ¿Y a quién le ofrecería antes un pacto a Ciudadanos o al PSOE?
R. Es verdad que Íñigo Urkullu, al que respeto, ha sido lehendakari en un Parlamento como el nuestro con 26 o 27 escaños. Eso sería un grave fracaso en la política gallega. Sacar la mayoría menos uno o menos dos y 15 puntos al siguiente, no sé si a las mareas o al PSOE, eso honradamente no es un fracaso político. Ya le pasó a Fraga. Desde el punto de vista operativo primero le ofrecería un pacto a Ciudadanos por razones obvias, porque han dicho que estarían dispuestos a apoyar un Gobierno del PP y coincidimos ideológicamente en que no queremos un gobierno con el populismo de Podemos y mareas en Galicia. Pero también sé que yo puedo perder la mayoría en Galicia por los votos a Ciudadanos. Soy perfectamente consciente. Si un voto a Ciudadanos no consigue un escaño eso facilita un gobierno de las mareas de Podemos con los nacionalistas. Y también sé que si obtengo la mitad de los votos que obtuvo Ciudadanos en las últimas generales en diciembre, yo soy presidente de la Xunta. Por lo tanto, lo que es la vida, la estabilidad del próximo Gobierno y que yo sea presidente depende, además de mantener los votos del PP, de muchos de los votos en la última cita electoral de Ciudadanos. Si yo obtuviese 36 o 37 y Ciudadanos cero, que es lo que en mi opinión va a ocurrir, yo llamaría al PSOE, es mi obligación. Y con un PSOE homologable al resto de Europa se puede gobernar. Ha dicho Juan Carlos Rodríguez Ibarra algo concluyente, que es lo que me dicen a mí muchos socialistas en privado: ‘si el PSOE pacta con Podemos, yo me voy del PSOE’. Por eso le pido a esos socialistas su confianza. No puedo entender que en estos momentos el PSdeG se haya entregado de una forma tan clara y tan poco digna a las mareas de Podemos. El candidato socialista ha dicho que está dispuesto a gobernar con ellos. Hay que reconocerle su sinceridad.
P. Galicia presume de haber cumplido los objetivos de déficit pero sus rivales dicen que usted se ha obsesionado con esa austeridad dejando en la estacada a ciudadanos por sus recortes. Y hay una causa abierta contra cargos suyos por denegación de medicamentos a enfermos de hepatitis C.
R. Me dicen que he cumplido el déficit y he aumentado la deuda. Y que debería haber gastado menos. Y otros que debería gastar más y no tener a nadie desatendido. Hemos cumplido el déficit y aumentado deuda, pero [somos] la comunidad que menos [lo ha hecho] en España. Cuando se me dice que en Galicia hay personas a las que no se ha dado medicamentos para ahorrar me parece una calumnia.
P. Se lo dice una fiscal.
R. Me parece una calumnia y no voy a cambiar de opinión. Si la fiscal cree que hay alguna duda me parece bien que lo investigue pero me parece una calumnia y estoy convencido de que se sobreseerá. Y sobre los medicamentos de la hepatitis C, yo me he dedicado a la Sanidad nueve años y me sé el tema. Y sé que hay medicamentos con los que se necesita un informe de expertos porque pueden producir más efectos secundarios que beneficiosos. Ningún médico en el sistema tiene una instrucción de un superior para que no dé ese medicamento. ¿Sabe por qué? Porque incurriría en responsabilidad personal. En la investigación judicial, de momento, el juez ha desestimado una petición del fiscal por homicidio. Pero me indigno con que alguien diga que di una instrucción para denegar 10 o 13 tratamientos cuando hemos invertido 130 millones de euros en la hepatitis C. No me parece justo y me rebelo.
P. Son las primeras elecciones a las que se presenta después de que EL PAÍS revelase en 2013 la amistad que usted tuvo con el narcotraficante Marcial Dorado. ¿Cree que esa relación le puede pasar factura electoral?
R. Lo primero que hice entonces fue dar explicaciones y comparecí en el Parlamento. Conocí a esa persona, no conocía su actividad relacionada con el narcotráfico y en cuanto tuve alguna sospecha, en 1998 o 99, no volví a tener ningún tipo de relación. La conocí a través de personas interpuesta y acepté que había sido un error. En aquel momento yo no tenía un cargo político pero sí era un alto cargo en una consellería [del Gobierno de Manuel Fraga] y debí haberme informado más. Ese hecho de hace 20 años está ahí para lo bueno y lo malo. He pedido perdón por no tener la diligencia necesaria. Pero los gallegos me conocen y van a tomar decisiones. Y lo que los gallegos digan.