Pablo Sebastián-Vozpópuli

Sánchez se presenta como el ‘capitán Araña’ frente a lo que llama la ‘internacional de la extrema derecha’

Estamos a tres días de que Donald Trump sea investido por segunda vez presidente de los Estados Unidos en una ceremonia a las puertas del Capitolio de Washington -que Trump pretendió asaltar en enero de 2020- y en la que el único político español invitado ha sido presidente de Vox, Santiago Abascal.

El que en los últimos meses logró una subida notable en las expectativas de voto de Vox en las encuestas en detrimento del Se acabó la fiesta, de Alvise Pérez y ante la lánguida  oposición -por causa de sus devaneos con Puigdemont- del PP que lidera Alberto Núñez Feijóo.

Estamos, pues, en ‘la puerta de toriles’ de la política norteamericana por donde el próximo lunes 20 saldrá Trump como el toro bravo que recuerda la escultura de Wall Street en Nueva York. Y lo hará acompañado de un gobierno de las élites económicas de EE.UU. (13 miembros del Gabinete son millonarios) entre los que Elon Musk figura como vicepresidente ‘de facto’, al frente de  un grupo de actores muy poderosos de las finanzas, las redes sociales y los avances tecnológicos. Es lo que se empieza a llamar el ‘tiempo de los oligarcas’ y su decisiva influencia en las democracias de Occidente, tal y como lo advirtió el presidente Joe Biden en su discurso de despedida de la Casa Blanca.

Un tiempo nuevo que Pedro Sánchez ha calificado como la llegada y auge ‘la internacional de la extrema derecha’. Concepto al que se aferra, como a la momia de Franco, para reforzar su liderazgo y justificar su caótica deriva antidemocrática en pos de permanecer en el poder español como el ‘capitán araña’ de un pretendido liderazgo progresista en Europa y América Latina.

Trump podría intervenir en la política española, como lo está haciendo Musk en Alemania y Reino Unido, ante un Sánchez enfrentado con Israel y próximo a Maduro, y en pos de unificar la derecha española que lideran Vox y PP

Falta por ver el impacto del desembarco de Trump y Musk en Europa y, particularmente, en España donde el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo aún no se ha atrevido a pronunciarse sobre su posible relación con Trump con quien Abascal y Vox tienen una alianza inicial. Y ello, a pesar de que Trump -una vez aborde sus más urgentes desafíos en las guerras de Ucrania y Gaza, esta última en vías de solución por el principio de acuerdo de alto el fuego hallado entre Israel y Hamás- podría intervenir en la política española, como lo está haciendo Musk en Alemania y Reino Unido, ante un Sánchez enfrentado con Israel y próximo a Maduro, y en pos de unificar la derecha española que lideran Vox y PP.

Bien sobre la base de Vox, bien forzando un pacto de integración de PP y Vox para crear un nuevo partido conservador que podría presidir Cayetana Álvarez de Toledo con Santiago Abascal de vicepresidente, en pos de una ‘derecha sin complejos’ y en línea con la propuesta de José María Aznar de ‘la refundación del centro derecha’ en España.

Operación contra Ayuso

Una nueva derecha que también pretendería liderar Isabel Díaz Ayuso (aliada de Javier Milei), que ahora está inmersa en la batalla del Fiscal General aunque insiste, con error, en decir que hay operaciones ‘de Estado’ contra ella -olvidando que el Jefe del Estado es el Rey Felipe VI– en vez de hablar de las maniobras del Gobierno de Sánchez.

Los muchos errores políticos de Feijóo permitieron, en buena parte, que Sánchez permaneciera en el poder tras las elecciones de julio de 2023, convocadas por sorpresa en la tarde del 29 de mayo de ese año gracias a que el líder del PP no presentó, la mañana siguiente a ganar los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo, una moción de censura contra Sánchez que le habría impedido el adelanto electoral. Luego llegaron los errores de Feijóo en la eufórica campaña electoral del PP de 2023 que le permitieron a Sánchez seguir en el poder al grito de ‘¡somos más!’.

Podrían arreglarse con una bonita foto de Sánchez con el prófugo en Bruselas para superar la grotesca ‘cuestión de confianza’ que Junts le exige a Sánchez con la intención de humillarlo

Desde entonces, la única actividad política de Feijóo ha sido la de cortejar a Puigdemont, el delincuente prófugo, del que el líder del PP llegó a decir que era ‘un político respetable’ (sic), y con el que sigue coqueteando a la espera de que traicione a Sánchez y rompa su relación con el PSOE, sin que Feijóo entienda algo tan sencillo como que Conde Pumpido se cargaría la Ley de Amnistía en el TC -tiene sobrados motivos para ello- si Puigdemont intenta acabar con Sánchez apoyando una moción de censura del PP, con Vox, algo que por el momento no ha concretado.

Otra cosa son las escaramuzas entre Sánchez y Puigdemont, que podrían arreglarse con una bonita foto de Sánchez con el prófugo en Bruselas para superar la grotesca ‘cuestión de confianza’ que Junts le exige a Sánchez con la intención de humillarlo y presumir de que siguen marcando la agenda del Gobierno, incluso hasta bloquear los PGE de 2025.

Pero a lo que no se atreverá el prófugo es a apoyar una posible moción de censura porque, en ese caso, Conde Pumpido se cargará la ley de Amnistía y Puigdemont acabaría extraditado, en el banquillo del Tribunal Supremo -que ahora espera al Fiscal General, Álvaro García Ortiz– y, finalmente, condenado por malversación y en la cárcel.

No solo por su incapacidad política sino por el desconocimiento que tiene de la política nacional como lo demostró Feijóo cuando en la mañana del 29 de mayo de 2023 no presentó la moción de censura contra Sánchez

En estas circunstancias brilla por su ausencia la estrategia de Feijóo frente, como ya hemos dicho, a Trump y también frente a Sánchez y Puigdemont. Y no solo por su incapacidad política sino por el desconocimiento que tiene de la política nacional como lo demostró Feijóo cuando en la mañana del 29 de mayo de 2023 no presentó la moción de censura contra Sánchez.

Como la que Sánchez sí presentó contra el diletante ex presidente Mariano Rajoy en 2018 porque el entonces jefe del Gobierno no disolvió las Cortes y no convocó elecciones de manera fulminante cuando se supo que Sánchez y sus aliados negociaban la moción de censura que derribó a Rajoy. Feijóo no se mueve frente a Trump, y puede que sea Ayuso quien se le adelante en el acercamiento al norteamericano como ya hizo con Javier Milei. El líder del PP insiste en que no presentará una moción de censura contra Sánchez si no tiene apoyos suficientes.

Parece ignorar que la moción de censura tiene otra función, aunque se pierda: la de movilizar a la opinión pública y los medios de comunicación con la denuncia de todos los escándalos de corrupción política y familiar de Sánchez, su ‘ley Begoña’ contra la acción popular y sus ataques a la prensa y a los jueces -especialmente del Tribunal Supremo- desde su Gobierno y desde el PSOE.

Para empezar, Feijóo debería romper su relación con Junts de una vez por todas y no buscar pactos con Puigdemont en votaciones del Congreso por más que eso beneficie en algún caso a Sánchez, lo que, por otra parte, le quitaría al dirigente independentista el valor político de sus siete diputados y su capacidad de chantajear a España.

Pero allá Feijóo y su ‘dolce far niente’, mientras la máquina de Trump está a punto de arrancar y acabará llegando a España y poniendo ‘orden y unidad’ en Vox y el PP. Lo que le obligaría a Feijoo a iniciar su particular ‘camino de Santiago’, el lugar desde donde quizás nunca debió salir en la compañía de todo su equipo gallego para probar fortuna sin éxito ni aciertos en Madrid.