Editorial-El Correo

  • La desconfianza del nacionalismo y el creciente apoyo de jóvenes a Vox lastran su llamada a concentrar el voto en el PP para llegar a La Moncloa

Alberto Núñez Feijóo ya tiene a todo el Partido Popular a su lado para poder pisar el acelerador a fondo de camino a La Moncloa sin que nadie se descuelgue. Dispone de una dirección a su medida, reforzada con perfiles más beligerantes contra el PSOE bajo la batuta de Miguel Tellado como nuevo secretario general. El congreso del PP también dejó ayer engrasado el discurso con el que aspira a la centralidad para llegar a la presidencia del Gobierno. Lo hará con menos complejos de los exhibidos en su primer intento fallido, tras ganar las elecciones generales de 2023. Buscará el apoyo de Vox, aunque no en coalición, y de los grupos nacionalistas, salvo Bildu. Algo que se antoja poco menos que imposible si la ultraderecha está en la ecuación para descabalgar a Pedro Sánchez, al menos para el PNV. Aunque Núñez Feijóo tenga el viento a favor por la debilidad socialista, le ha costado tres largos años asegurarse el control del partido desde que asumió su liderazgo. «Tuyo es», declaró ayer Isabel Díaz Ayuso, artífice del jaque mate a Pablo Casado que provocó la salida de Feijóo de Galicia.

Teniendo todo de cara -un PP unido, con un discurso fuerte y un PSOE en crisis por el impacto de escándalos que no cesan tras la renuncia por machismo de Paco Salazar en pleno Comité Federal incapaz de sacudirse el ‘caso Cerdán’-, las opciones del presidente de los populares para acceder a La Moncloa antes o después de los comicios siguen en gran medida en manos de los socios parlamentarios de Sánchez. Salvo mayoría absoluta en las urnas o un resultado muy claro que solo le haga depender de Vox en una eventual investidura. Siempre que no haya adelanto electoral, Feijóo dispone de dos años para ensanchar el partido y ganarse la confianza de un nacionalismo que se ha distanciado de los conservadores por cuestiones muy sensibles para su ideario como el modelo territorial y las lenguas cooficiales.

Para ello, lanza su particular opa en busca de La Moncloa. Feijóo quiere pescar en el caladero desencantado del PSOE, convencido de que la corrupción provocará un trasvase electoral a sus filas. A la vez, llama a concentrar el voto de centro derecha en el PP, una opción lastrada por el creciente apoyo de los jóvenes a Vox. No hay caminos intermedios. «O Sánchez o yo», proclamó ayer en un desafío similar al que plantea el presidentre del Gobierno cuando viene a decir ‘o yo o el caos’. En cualquier caso, la pugna en ciernes es poco alentadora para lo que reste de legislatura.