Cristian Campos-El Español

 
Dice Pilar Alegría, entrevistada por el diario El País, que Alberto Núñez Feijóo es «el primo de Mariano Rajoy, pero aún más vago en el desconocimiento de muchos contenidos». Qué debut más adrianalástrico de la ministra de Educación como portavoz del PSOE. Un cargo, por cierto, que le exigirá una mayor finezza a la hora de disociar su labor institucional de la orgánica que la demostrada este martes durante su rueda de prensa en Ferraz tras la sentencia del caso de los ERE.

Convendría, en cualquier caso, que la ministra repensara su frase. Porque ¿qué quiere decir exactamente la expresión «vago en el desconocimiento»?

Es evidente lo que quiere decir la ministra: que Feijóo es un estudiante perezoso que desconoce las materias por las que va a ser examinado como aspirante a la presidencia del Gobierno.

Pero no es tan evidente lo que ha dicho en realidad. Algo raro, teniendo en cuenta que la educación es la que te da las herramientas para hacer coincidir lo que sale de tu cerebro con lo que sale de tu boca. Y si además lo dices sin insultar, doble (buena) educación.

También dice Pilar Alegría que «el máximo dirigente de una entidad financiera» ha defendido con vehemencia frente a ella el nuevo impuesto a la banca. «Me sorprendió su análisis sobre el poder redistributivo».

[Pilar Alegría revela que un gran dirigente de una entidad financiera apoya el impuesto a la banca]

Debió de ser un análisis muy interesante. Y sobre todo una conversación muy sincera. Lástima que fuera off the record y que la ministra no pueda confesar el nombre de ese misterioso «dirigente» que gestiona una entidad financiera y que anda deseoso de pagar más impuestos después de una pandemia de dos años y una larga travesía por el desierto de los tipos de interés cero.

Andaría contento yo, si fuera accionista de esa «entidad financiera».

Se desconoce, en cualquier caso, si es uno de los empresarios que hablaron con la ministra María Jesús Montero, como ella misma confiesa en otra entrevista en el diario El País, para decirle que les parece bien «aportar más».

Como en el caso de Pilar Alegría, tampoco cabe dudar de la veracidad de la afirmación de Montero. Sabido es que la cercanía de un ministro de Hacienda hace que la verdad brote sin freno de la boca de los empresarios.

En realidad, y aparcando la ironía, es muy probable que no exista el director financiero del que habla Pilar Alegría ni los empresarios de los que habla María Jesús Montero, y tampoco se alcanza muy bien a entender que pretenden ambas con la mentira. ¿Que los empresarios, como los lemmings, se tiren por un barranco si ven a uno de ellos lanzarse de cabeza al abismo?

Pero más importante aún. Tampoco existe ese Alberto Núñez Feijóo del que habla la ministra de Educación y que hace pensar que los «vagos» son más bien los estrategas socialistas que han diseñado contra el nuevo presidente del PP un discurso que es el mismo que diseñaron contra Pablo Casado. Con unas gotas añadidas del que diseñaron contra Mariano Rajoy («vago»), sin mayor justificación aparente que la de que ambos son gallegos.

Tampoco dicen mucho esas palabras de Alegría del conocimiento que se tiene en el PSOE de quién es en realidad Feijóo y de cuáles son sus defectos y sus virtudes, algo que anuncia dificultades para los socialistas a la vista de que a duras penas se puede luchar contra alguien del que se desconoce casi todo.

De lo que no cabe duda es de que los nuevos nombramientos en el PSOE han reafirmado a Feijóo en su estrategia con vistas a 2023. La que dice que no se interrumpe a tu enemigo cuando se está equivocando.

Que es, irónicamente, en lo único que se parece Feijóo a Rajoy: en que prefiere no mancharse las manos de sangre cuando su enemigo se está haciendo el harakiri.

En todo lo demás, Rajoy y Feijóo son la noche y el día. Al tiempo.