Agustín Valladolid-Vozpópuli

Fue una de las más brillantes cabezas pensantes, y de las pocas, que trabajaron para los gobiernos de Felipe González y Rodríguez Zapatero. Su criterio siempre ha sido equilibrado y sus pronósticos electorales atinados. Hace unos días conversamos sobre el 23-J, SánchezFeijóo y lo que viene. Este es un resumen de sus opiniones (que comparto al 99%):

“¿Que qué va a pasar en las elecciones generales? Hay dos datos que tras los resultados de mayo ya son irreversibles: va a ganar el PP y al tique Pedro&Yolanda no le salen las cuentas de ninguna manera. En el mejor de los casos, tendrían que pactar otra vez con Esquerra, Bildu y compañía. Ese es el agujero negro de la campaña del PSOE, como bien escribiste: el miedo a un Frankenstein 2. A la cocina molecular de Tezanos le sobra aceite, es pura creatividad, un penoso intento de construir una ficción que vender a un electorado que en un noventa por ciento tiene más que decidida la papeleta. Salvo descomunal sorpresa, en dos meses, los que van del 28-M al 23-J, la intención de voto apenas se va a mover. Y si lo hace será a favor de la corriente”.

“Hay quien insiste en que Pedro Sánchez cometió un grave error al anticipar las elecciones. No estoy de acuerdo. Porque no tomó esa decisión para ganar, sino para resistir, para limitar el margen de maniobra de Yolanda Díaz, acallar cualquier conato de contestación interna y controlar el postsanchismo. ¿Contrapartida? Que es él y solo él, a pecho descubierto; que no puede contar con nadie porque nunca ha contado con nadie; ha hecho lo que ha querido con el Gobierno y con el partido; y que está haciendo lo único que puede hacer: reivindicarse, o negarse a sí mismo, que para el caso es igual, porque nada de lo que nos prometa será creíble sin un acto de contrición, sin negar la mayor. Y ni así”.

‘Desde las generales de 1982 no ha habido ningún candidato en el que confluyan tantas expectativas de voto útil, incluso antagónicas, como Feijóo’

“De ahí viene lo de que él nunca ha mentido, sino que ha cambiado de opinión; o ese patético victimismo que practica, haciéndose pasar por un perseguido político, mártir de la derecha y ultraderechas mediáticas, las mismas, o parecidas, por cierto, que sufrió Felipe González durante cuatro legislaturas. Le oí con Alsina, luego con Motos y ya con Ana Rosa menos, porque me dio pereza. O pena. Cuanto más aparezca va a ser peor. Y si quien le acompaña en la campaña, sentado al lado de Irene Montero, es Zapatero, ya ni te cuento. ZP puede movilizar a algún votante del PSOE de toda la vida que no lo ve claro, pero ahí se acaba su aportación, porque Zapatero es percibido como un presidente débil que estuvo a punto, por pura incompetencia, de empujarnos al abismo griego”.

(“Abro aquí un pequeño paréntesis: Zapatero está obsesionado con Felipe González; lo que realmente le motiva es llevarle la contraria a Felipe”).

“En fin, que con este panorama, si se llega a los 100 diputados será un éxito. Te recuerdo que en 2016 Sánchez se quedó en 85, y la situación del partido no era mucho peor que la de ahora, con centenares de cargos en comunidades y ayuntamientos apuntados en las listas del paro. Había más división, cierto, pero el candidato tenía mucha más transversalidad y no suscitaba el rechazo que suscita Sánchez. ¿Yolanda? Si llega a 30 escaños será un milagro. Con el adelanto, Sánchez la ha dejado sin apenas margen de maniobra. Está haciendo una campaña muy populista, y muchos indecisos de izquierda, entre la vacuidad y la jactancia, preferirán la jactancia”.

‘Salvo sorpresa mayúscula, en dos meses, los que van del 28-M al 23-J, la intención de voto apenas se va a mover. Y si lo hace será a favor de la corriente’

“¿Vamos con Feijóo? Tiene puntos débiles. Arrastra un cierto complejo de provincianismo. Le falta garra. Acuérdate de aquello que decíamos en la década de los 80: ‘Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta’. Sí, quizá no ande sobrado de carácter, pero hasta en eso tiene suerte: después de la sobredosis de chulería el país necesita una larga etapa de descanso. Feijóo está en el sitio preciso en el momento adecuado. Desde las generales de 1982 no ha habido ningún candidato en el que confluyan tantas expectativas de voto útil como Feijóo. A veces contrapuestas, si no directamente antagónicas. Pero es así. Es el rey del voto útil. Si de aquí al 23 no mete mucho la pata, a Feijóo le van a votar, además de los específicamente ‘suyos’:

1.- Los que, por encima de otros motivos, se han sentido engañados por Sánchez. Que son muchos.

2.- Los que de ninguna manera quieren que se repita Frankenstein. Que son también muchos, incluidos bastantes votantes clásicos del PSOE.

3.- Una porción del electorado ubicada en el centro que rechaza a Sánchez y que al mismo tiempo no quiere de ninguna manera que Vox sea una fuerza determinante.

4.- Una parte de quienes votaron a Vox en las municipales y autonómicas pero que consideran que las elecciones generales son palabras mayores.

5.- Muchos ciudadanos que el 28 de mayo votaron a ‘su’ alcalde, fuera del partido que fuera, y que en generales se sienten liberados de ese compromiso. ¿Un ejemplo? Zamora capital: en las municipales volvió a ganar Izquierda Unida, mientras que en las generales de noviembre del 19 el PP superó los 10.000 votos e IU se quedó en 3.000”.

“Conclusión (un pronóstico acientífico): Si el PP se aproxima a los 160 escaños gobernará en solitario; Sánchez, si supera los 100, que es muy probable, intentará tutelar la ‘refundación’ del PSOE, lo que la convertirá en incompleta o incluso fallida; a Sumar y a Vox las urnas les colocarán en el lugar que sociológicamente les corresponde”.

Amén.