EL MUNDO – 29/01/16 – F. JIMÉNEZ LOSANTOS
· Es triste, aunque fascinante como la caza de un asesino en serie, leer lo que cuidadosamente dictó anteayer Felipe González al presunto director del diario de Cebrián. Lo importante: el PSOE no debe dar al PP el tratamiento de un apestado dentro del sistema constitucional, aunque Rajoy apeste. Lo paradójico: es el tratamiento que González y Cebrián impusieron en el PSOE contra el PP –el dóberman– desde la tercera legislatura sociata, para no dejar el Poder y evitarle a Tigrekán el horizonte penal del GAL y la corrupción, a cuyo lado la del PP y hasta la del PSOE-A son naderías.
Y lo terrible es que, descabalgados del Poder en 1996, González y Cebrián teorizaron el aislamiento del PP, rompieron el pacto PP-PSOE en el País Vasco (2001, Cebrián, El discurso del método), defendieron que el PSOE sólo debe pactar con comunistas y separatistas y lo explicaron en su libro El futuro no es lo que era, que propugna una «dictadura perfecta» como la masónica del PRI en la que la Derecha tendría vetado el acceso al Poder, como los católicos en México desde la Cristiada a Colosio.
Y ZP, que empezó como Blair con Thatcher, dispuesto a heredar y matizar la bonanza económica de Aznar («bajar los impuestos es de izquierdas») se embarcó desde el fatídico 2001 en una oposición callejera y violenta al Gobierno y al PP, en campañas de deslegitimación de la Derecha como Nunca Mais y el No a la Guerra; o en apaños genuinamente golpistas: Perpiñán, Tinell, 11-M, diálogo con la ETA, nuevo Estatuto de Cataluña… y 15-M.
El PRISOE utilizó a la extrema izquierda y al nacionalismo contra el PP (y UPyD y C’s). Y ahora Felipe comprueba que lo que el felipismo ideó no sólo está a punto de liquidar al PP sino a ese PSOE que creyó regentar eternamente un régimen de odio en el que la derecha, que osó traer la democracia sin consultarles, no debía gobernar por ser eternamente franquista.
Eso decían, aquí y en el extranjero, González y Cebrián, que, sin embargo, tiene en Soraya a su tesorera y copresentadora con Snchz de elpais.cat, mientras él presentaba a Rajoy ante la crema de la masonería gala. PRISA, inquilina de Pujol, es aún la legitimadora del separatismo catalán y del perroflautismo, que, convertido en lobo podemita, aterra a González. Es su monstruo, pero tiene razón: no sólo devorará al PSOE.