Para proteger la salud de la democracia liberal en España, urge provocar la caída del sanchismo y un adelanto electoral
Sostiene Zapatero que solo Ábalos debe pagar por lo de Delcy Rodríguez. ¡Tiene bemoles! Un hito más en la degradación moral del PSOE. Hace unos días, en una entrevista de Susana Griso, Felipe González y Alfonso Guerra reconocieron que el partido que refundaron hace 50 años ha llevado la democracia española a un estado de ruina inminente. El problema es que no sirven ya los buenos diagnósticos si no van acompañados de propuesta de tratamiento. Manifestaron con razón que con Sánchez “se ha roto el hilo conductor del Partido Socialista” que ellos lideraron. Pero, cuando dicen esperar que el partido se actualice, saben que las posibilidades de que eso ocurra son cero.
De ambos se espera algo más. No ignoran que, para proteger la salud de la democracia liberal en España, urge provocar la caída de Sánchez y un adelanto electoral. Un gesto suyo de patriotismo constitucional más comprometido ayudaría a sacar del pozo a un país atrapado en una política basada en la banalización de la falsedad. Tiene razón la filósofa Adela Cortina cuando advierte: “Si la mentira no importa, la democracia está en peligro”. En eso estamos. Seamos serios: desde la racionalidad política, la terapia contra la enfermedad del sanchismo es un gobierno sólido de Núñez Feijóo. ¿Hay otra opción?
Para alargar la agonía, los sanchistas están utilizando como oxígeno la eterna disputa en la opinión pública entre izquierda y derecha. En ese caladero pescan para continuar con sus fechorías. Urge por interés nacional desmontar esa trampa del fanatismo al servicio de intereses comerciales de los Sánchez, Ábalos y compañía. “Lo lindo del budismo es que te permite ser budista y a la vez de cualquier otra religión”, escribió Jorge Luis Borges. Con las ideologías como con las religiones, la fe ciega liquida cualquier forma de racionalidad. En el rescate de votantes socialistas “encantados”, el apoyo explícito a Feijóo de los dos líderes históricos sería muy valioso, como muestra la transferencia de voto del PSOE al PP en la encuesta de Vozpópuli.
Lo que debe preguntarse hoy cualquier votante socialista decente es qué izquierda es esto. Basta hacer un breve recorrido por los indicadores más “socialdemócratas” durante los seis años de Sánchez. Ninguno tan definitivo como la evolución del poder adquisitivo de los trabajadores y sus familias. “España se encuentra entre los países donde los salarios reales han disminuido más”, se lee en el último informe de la OCDE. La agenda social del PSOE sanchista se estrella en una caída del 2,5% en el poder adquisitivo con respecto a 2019. O con un 11,7% de paro, siete puntos porcentuales por encima de la media de los países miembros.
El sanchismo deja a España con unas cuentas públicas ruinosas, como refleja un déficit del 3,9% del Pib en 2023 y un servicio anual de la deuda ya insostenible
Explica González que cuando un presidente lleva tres años de gobierno ya es dueño de su propia herencia. Seis lleva Sánchez. “España ha sido superada por la práctica totalidad de los Estados que se incorporaron a la UE a partir de 2004”, sentencia un reciente estudio de Fedea. En creación de empleo intensivo en conocimiento, por ejemplo, que está en el origen de un dramático “exilio del talento” que afecta a tantos jóvenes españoles con una costosa formación para familias y Estado. Y, además, y a pesar de una generosísima transferencia de fondos europeos, el sanchismo deja a España con unas cuentas públicas ruinosas, como refleja un déficit del 3,9% del Pib en 2023 y un servicio anual de la deuda ya insostenible.
El precio de los alquileres
Afirma el sanchismo que aspira a la convergencia con Europa en presión fiscal, pero lo que han logrado es plena divergencia en renta por habitante. Socialdemocracia al revés, como en nivel de pobreza y en otros indicadores sociales, incluido el acceso a la vivienda. A 16 meses de aprobada la Ley de Vivienda, los precios han crecido un 13%. Durante la presidencia del “izquierdista” Sánchez, el precio por metro alquilado al mes ha pasado de 8 euros a 13, con una caída del 33% en la oferta y hasta un 60% de los hogares españoles afectados por el problema. Seis años de política de vivienda fracasada que El País enmascara como “crisis de la vivienda”.
Ineptos y además corrompidos hasta la médula. ¡Qué patético el esfuerzo de todo el ejército sanchista de orcos mediáticos por camuflar el liderazgo imprescindible de Sánchez (el UNO) en la trama! ¡Qué indecencia la de un presidente de Gobierno decidido a mantenerse en el poder aunque hunda al país!
¡Algo más, señor González!