Pepa Bueno entrevistaba a Pedro Sánchez en la SER y nuestro héroe no perdió la ocasión de lucir su incompetencia intelectual: «Prefiero terceras elecciones al Gobierno de Rajoy», como si estuviera ante dos opciones disyuntivas. Lo que viene a pasar es que a nuevas elecciones, tendrá más Mariano Rajoy, que mire las primeras y las segundas. Y el PSOE seguirá perdiendo escaños.
También dijo que no va a dimitir, aunque pierda contra el Comité Federal. Cuando Pedrito Sánchez Pérez-Castejón era muy niño, triunfaba Joe Rígoli en Televisión Española con un personaje llamado Felipito Tacatún, cuyas intervenciones estaban trufadas por una expresión de voluntad: «Yo sigo». Por lo visto, el personaje le caló y el jovencito Sánchez se hizo hombre con la consigna de Tacatún, enriquecida por otras aportaciones posteriores, como el conejito de Duracell.
El PSOE siempre tuvo un problema con las primarias. Cuando organizó las primeras, no le salieron bien. Excuso calificar las últimas. El secretario general Almunia las estrenó en 1998, frente al aspirante Borrell, dos dignos antagonistas, mientras Sánchez es un alma gemela de Artur Mas. Estos dos se han empeñado en una elección tras otra, y todas les salen mal. Ambos comparten otra característica: carecen de todo sentido del ridículo. Si uno fuera Sánchez, no lo quiera el Señor, se tentaría la ropa: «Cuidado con lo que dices, Pedro, que tus niñas van a sufrir mucho en el colegio».
No es que el PSOE fuese una organización modélica, pero era seria. Como aquellas primarias las ganó el candidato inadecuado, el partido mismo se lo cargó. Tras la primera confrontación de Borrell con Aznar en el Estado de la Nación, los diputados socialistas salían del Congreso diciendo: «Ha perdido el nuestro». Nunca se había registrado un hecho semejante en la historia del socialismo español.
No bastó para disuadir a Borrell, y sus queridos compañeros de partido filtraron a la prensa el caso de Huguet y Aguiar, dos colaboradores en la Secretaría de Estado de Hacienda que fueron imputados y condenados por cohecho pasivo y algunas otras travesuras. La raza degenera cuando un tío como Sánchez se permite vacilar a los órganos de dirección del partido y no pasa nada. En los viejos tiempos ni siquiera habrían querido que pareciese un accidente.
Hoy están cabreados, pero no se sabe si pasarán de las declaraciones a los hechos, ni si podrán. Si tienen dudas, aquí va un consejo: Carmona, ¿quieres la cabeza de Sleepy Hollow? Cóbrate primero la de Carmena, mira lo de los podemitas en Castilla-La Mancha y Ferrol. Y luego las de los alcaldes de Valencia, Zaragoza, Santiago, La Coruña y Cádiz. Después, dejad que las cosas sigan su curso. Se van a mosquear, pero lo que quede del PSOE empezará a ganar puntos entre los vecinos de las capitales mencionadas. Y si no, no os quejéis. Habrá terceras elecciones, más PP y menos PSOE. Librarnos de Sánchez nos va a salir muy caro a los españoles y a los socialistas, pero un PSOE como éste tampoco lo queremos para nada.