Santiago González, EL MUNDO 05/01/13
El pasado mes de octubre la Audiencia Nacional absolvía a Iñaki Goioaga del delito de integración en organización terrorista, entre otros. Tras año y ocho meses de cárcel, será nombrado senador autonómico por el Parlamento vasco a propuesta de Bildu el día 24 de enero. El asunto parece un título de Stanley Kramer: De presidio al Senado de la nación. Mucho mejor que De presidio a primera página, tal como está ahora el periodismo, dónde van a comparar.
El caso es que el próximo senador abertzale, un excelente interlocutor para Txarli Prieto, es un hombre con pasado, según denunciaba el pasado miércoles un terrorista arrepentido. José Miguel Latasa Getaria, ‘Txindoki’ para el blog Arabatik, Fermín en su pasado terrorista, tenía de qué arrepentirse. Él fue, junto a Kubati, el asesino de Yoyes, el 10 de septiembre de 1986. También él y en la misma compañía asesinó mes y medio después al gobernador militar de Guipúzcoa, RafaelGarrido, a su mujer y al hijo de ambos. Tiene, además, otros cuatro asesinatos a su espalda.
Fermín es un terrorista arrepentido. Ya en julio de 1997 mostró su horror por el estado en que salió Ortega Lara del zulo de Mondragón en el que lo tenía secuestrado Bolinaga. También en esto hay grados, venía a decirle a Iñaki Gabilondo: «Yo participé en un secuestro, el de Caballero. Y entonces les tratábamos con mimo, les hablábamos y jugábamos con ellos al ajedrez para que no se deprimieran».
Pero es un hecho que Fermín se ha arrepentido y con el alias de Txindoki ha escrito en el blog citado que cambiaría su vida por la de sus víctimas. Es un pourparler, pero menos da una piedra. Lo que sí le hace acreedor a la reinserción, a mi criterio, es su voluntad de colaborar con la Justicia; ahí tiene el ministro del Interior un modelo para los aspirantes a progresión de grado. Su comentario desvela detalles de interés en la biografía del futuro senador, desde el punto de vista penal: él era la conexión, el go-between entre ETA y sus presos: «Venía con las órdenes concretas, cuándo había que hacer huelga de hambre, plante o las dos cosas». En una visita a Nanclares afeó a Fermín el colaboracionismo que le había valido el traslado. Latasa le dijo que él era partidario de «un alto el fuego unilateral para retomar unas negociaciones», lo que le valió su expulsión de la banda 10 días después.
Uno comprende a Fermín, un precursor que ve cómo el comisario político de la banda le desborda en el camino hacia la legalidad y ahora vaya a ser «nada menos que senador de España». Ya puestos, también comprende, aunque no comparta en su literalidad, su arrebato final: «eres un HIJODELAGRANPUTA (sic)». El día 24 se va a votar a un nuevo senador. Tal vez la Fiscalía debería interesarse por el delito de pertenencia que revela claramente esta denuncia contra él. La probable falta de reacción y los votos afirmativos a su nombramiento marcarán el listón de la indignidad en nuestra vida política, judicial y parlamentaria.
Santiago González, EL MUNDO 05/01/13