ABC – 23/06/16
· Mariano Rajoy respalda al ministro, que ayer anunció que no dejará su cargo.
· Un ataque a cuatro días de las elecciones para intentar «destrozar políticamente al PP» con la filtración de una conversación «sesgada y descontextualizada», aparte de grabada a través de «mecanismos ilegales» hace dos años.
Con ese planteamiento se defendió ayer el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del escándalo en que se ha visto envuelto con la difusión el martes por la tarde de unos archivos de audio que recogen varias reuniones mantenidas en su despacho con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, en las que presuntamente ambos conspiraron contra CDC y ERC.
«Hablar de conspiración entre De Alfonso y yo para delinquir es una injuria y una calumnia absolutamente intolerable (…) La única conspiración de la que se puede hablar es de quién ha grabado» esas conversaciones, reaccionó ayer el ministro, que se declaró «víctima de un atropello» y recordó que ha puesto la investigación sobre la autoría en manos de la Policía Judicial. No quiso hacer especulaciones al respecto, pero apuntó a quienes estarían interesados en que se deje de actuar «en las investigaciones contra la corrupción».
También dejó claro el titular de Interior que no abandonará su cargo. Lo hizo en respuesta a las peticiones de dimisión dirigida entre el martes y el miércoles contra él por todos los partidos rivales, –desde los independentistas a Bildu, PSOE, C´s o Podemos–, que ayer encontraron en este caso impulso final para sus respectivas campañas y para tratar de erosionar las posibilidades del candidato popular, Mariano Rajoy.
El asunto de las escuchas cayó como un jarro de agua fría en las filas del PP, aunque el presidente en funciones no rehuyó respaldar a su ministro, dar por buenas sus explicaciones y despejar que no ha tenido ningún papel.
«No conocía al jefe de la Oficina Antifraude ni sabía que existía ese cargo», expuso en distintas exntrevistas a lo largo del día, en las que preci´so que «jamás» se han filtrado noticias desde su Gobierno para perjudicar al adversario político. «Estamos en lo de siempre: estamos a días del final de campaña y hay alguien que intenta aprovechar y pescar en río revuelto para ver qué saca», resumió, informa Sara Medialdea.
Presunción de culpa
El líder socialista, Pedro Sánchez no dudó en un mitin en Oropesa (Toledo) en dar por hecha la culpabilidad del presidente en funciones y de Fernández Díaz, al sostener que el primero «debería proceder al cese inmediato» del segundo, puesto que de lo contrario «se hará a sí mismo responsable de la conducta del ministro».
Desde Ciudadanos, Albert Rivera emitió un veredicto similar –«Si (Rajoy) no estaba informado, que le cese (a Fernández Díaz) y si lo hizo, el responsable es él»– y añadió una dura comparación con el régimen de Caracas. «Un ministro no puede fabricar pruebas contra la oposición, dijo, mucho hablar pero luego son igual que Venezuela», informa Isabel Miranda. En nombre de Podemos, Pablo Iglesias fue telegráfico: «El cese debería ser fulminante. La responsabilidad política es del presidente funciones», proclamó en Guadalajara, donde pareció verse más cerca que nunca de alcanzar al PP el 26-J cuando respondió con un rotundo «sí» a la pregunta de si se ve presidente, informa Víctor R. de Almirón.
En La Moncloa se intentó ayer mantener la tranquilidad, aunque se admitía que este «ruido molesto» puede arañar votos el próximo domingo. El equipo de Rajoy teme que no se respete la jornada de reflexión con la «entrega» de más grabaciones. Más allá, recordaron que desde que se produjeron las conversaciones fuente del escándalo, no se han producido detenciones sobre los casos que se plantearon en ellas y que, al contrario, el principal afectado por las actuaciones judiciales en este periodo ha sido el PP, informa Mariano Calleja.
Un «GAL mediático»
En Cataluña, todos los partidos salieron en tromba contra el ministro, de manera particular CDC y ERC, que denunciaron lo que ven como «guerra sucia» del Estado contra el soberanismo. Oriol Junqueras (ERC) apuntó, en una terminología empleada también por el presidente Carles Puigdemont, que «nos encontramos ante una especie de GAL mediático». El expresidente Artur Mas, por su parte, aprovechó para exigir la retirada de la causa por la consulta del 9-N al quedar demostrada la «conspiración» de un Estado «aún con una matriz franquista» que «persigue el independentismo».
Desde el soberanismo se trazan paralelismos entre los hechos y la gestión del Gobierno durante los atentados del 11-M, y ayer por la tarde la ANC y Ómnium reunieron a varios cientos de personas frente a la Delegación del Gobierno. En paralelo, el Parlamento catalán, ante el que hoy comparece Daniel de Alfonso, ha iniciado el proceso para su revocación del cargo, informa Àlex Gubern.
ABC – 23/06/16