EL CORREO, 6/6/12
«ETA se disolverá por las buenas o por las malas», advierte el ministro del Interior durante la inauguración de la nueva cárcel de Pamplona
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistió ayer en que los presos de ETA que quieran reinsertarse tendrán un tratamiento individual. «No habrá ningún indulto ni tratamiento colectivo», aseguró durante la inauguración del nuevo centro penitenciario de Pamplona. Podrán optar por esta vía todos aquellos terroristas «que reconozcan el daño, que se arrepientan de ello, y abandonen ETA», siempre y cuando «la banda terrorista les de libertad para hacerlo», insistió.
Fernández Díaz afirmó que los últimos movimientos del colectivo de los presos de la banda, EPPK, no serán tomados en cuenta y garantizó que «el Estado no ha negociado, no negocia, ni negociará con terroristas ni con ningún representante de los presos».
El ministro explicó que, pese al anuncio de alto el fuego definitivo del 20 de octubre por parte de los terroristas, «el Estado no está en ninguna tregua» y seguirá persiguiendo a los terroristas hasta lograr su definitiva disolución «por las buenas, es decir, hasta que lleguen a la convicción de que se han de disolver, o por las malas, por la fuerza en el marco de la ley del Estado de Derecho».
Para Fernández Díaz, la disolución de la banda debe materializarse con un «anuncio público de esta decisión, el abandono de las armas y el desmantelamiento de las infraestructuras que mantienen en la clandestinidad». Desde luego no servirá, agregó, que un verificador internacional o varios se ofrezcan para comprobar la entrega de los arsenales ya que la Policía y la Guardia Civil tienen capacidad suficiente para desempeñar dicha labor.
El ministro del Interior se desplazó hasta Pamplona para inaugurar el nuevo centro penitenciario, que incluye una cárcel y un centro de reinserción social. La nueva penitenciaría de la capital navarra cuenta con 504 celdas en la cárcel y 51 habitaciones dobles en el centro de reinserción. En total, ha supuesto una inversión de 115 millones de euros. El ministro reconoció que se cometieron algunos excesos, como la construcción de una piscina cubierta, que finalmente no será puesta en marcha por su alto coste de mantenimiento, o la compra de 721 televisores de plasma, que no se instalarán y se intentarán vender. Este centro sustituye a la vieja cárcel, situada en plena capital navarra y que llevaba en funcionamiento más de un siglo.
EL CORREO, 6/6/12