ABC 14/11/16
· Los dos líderes tienen la convicción de que es mejor no romper el vínculo entre partidos
«Nos guste o no, el PSOE y el PSC nos necesitamos» en un contexto de pérdida de peso electoral de la sigla en toda España; particularmente en Cataluña, donde los 25 escaños que dieron el gobierno a Zapatero en 2008 palidecen frente a los siete escuálidos escaños de hoy. Ese análisis, compartido por muchos cuadros socialistas, va a sobrevolar la reunión que mantendrán a solas este mediodía en la sede de Ferraz el presidente de la gestora, Javier Fernández, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, al objeto de «empezar a abordar» un nuevo marco de relaciones que sustituirá al acuerdo de 1978.
La Declaración de Granada Javier Fernández va a recordar a Iceta que la Declaración de Granada no incluye nada de que España sea una «nación de naciones»
La novedad es que hoy no se va a escenificar ningún divorcio. Fernández e Iceta acuden decididos a «hablar claro», pero de «política». Es decir, desde la óptica de Ferraz, la necesidad de que el PSC no vaya por libre en asuntos cruciales como el cuestionamiento de España como «nación» única o a la hora de establecer relaciones con otras fuerzas (Ada Colau); y visto desde el PSC, la necesidad de que el PSOE y sus barones asuman de una vez que España ha cambiado en los últimos 40 años y no hay hueco electoral para un neoespañolismo de izquierdas en Cataluña con una federación del PSOE resucitada.
Si ambas partes logran un punto intermedio en sus análisis, lo «orgánico» –el nuevo «marco de relaciones» que sustituirá a un pacto de doce folios firmado hace 38 años por Joan Raventos y Felipe González– será mucho más fácil de negociar en próximas semanas; aunque conlleve la salida pactada del PSC de los órganos federales a fin de acabar con la asimetría que denuncia la gestora e ir hacia una relación como la que mantiene la CDU alemana de Ángela Merkel con sus socios en Baviera.
Lo que sí parece claro es que esta vez no va a pasar sin más la escalada de tensión que ha dado lugar a lo que se presume que puede ser el final de un tipo de relación PSOE-PSC y el comienzo de otra. Empezó con los siete diputados catalanes saltándose la disciplina y votando «no» a la investidura de Mariano Rajoy, inmediatamente denunciada por la gestora como una «ruptura unilateral» de los acuerdos del 78, y ha desembocado en algo que ha irritado mucho al PSOE: el giro de los socialistas catalanes hacia En Comú Podem en su reciente congreso.
Más que la consideración del PSC de que Cataluña es una nación, Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán o Emiliano García Page han vivido como una «deslealtad» el giro electoral hacia los de Colau. «Si tú eres la marca PSOE en Barcelona, lo menos que puedes hacer es consultarme», decía ayer gráficamente a ABC un importante dirigente socialista. Y ya puestos,
también de la estrategia territorial. Por eso, hoy Javier Fernández va a recordar a Iceta que la Declaración de Granada no incluye nada de que España sea una «nación de naciones».
Dispuesto « a escuchar»
Iceta está dispuesto a «escuchar». No se acaba de creer la ruptura de relaciones que se ha venido insinuando desde ese sector y ayer prefería no adelantar acontecimientos. Ayer no quería ni confirmar ni la incorporación de un representante del PSC a la gestora, lo acordado para después del congreso de los socialistas catalanes. Dependerá de la reunión de hoy porque tiene poco sentido sumarse a un órgano del que te quieren echar… supuestamente. Sí está claro que si se incorpora alguien será una mujer: la número dos del partido, Núria Marin, o la exdiputada Teresa Cunillera.