EL MUNDO 11/11/14
El actual escenario de confrontación política entre el Gobierno central y el catalán corre el riesgo de enquistarse, y sus consecuencias serían muy negativas para la banca y la economía de la región. Fitch advirtió ayer en un informe de que si este escenario se alarga «habrá salidas de depósitos y una fuga de inversores».
El informe de Fitch es el primero que reciben los inversores tras la consulta catalana y en él dibuja tres posibles escenarios que pueden darse a partir de ahora. El más probable, a su juicio, es también el que tendría un impacto más positivo en la calificación crediticia tanto de España como de Cataluña.
En opinión de esta agencia, que ha puesto en perspectiva negativa la deuda de la Generalitat ante las crecientes tensiones políticas, «lo más probable es que de aquí a finales de 2016 el Gobierno central y el catalán negocien otorgar mayores transferencias económicas a la región» y pone como ejemplo el estatus actual del País Vasco y Navarra
Llegado este caso, Cataluña aumentaría sus ingresos fiscales mientras seguiría beneficiándose del apoyo del Estado a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). «El impacto en la deuda soberana y autonómica sería positivo porque eliminaría una fuente de riesgo político», añade.
Cualquiera que no sea esta solución tendrá efectos negativos para ambas economías. «Si no hay un acuerdo negociado, las fricciones actuales se mantendrán e incluso aumentarán (…) y podrían provocar una salida de depósitos, que afectaría particularmente a los bancos catalanes, elevaría el coste de financiación y llevaría a las grandes empresas a reducir su inversión en la comunidad como medida de protección», dice la agencia.
Los riesgos irán en aumento si se celebran elecciones autonómicas a medio plazo y resulta vencedor una formación más proindependentista, como la que lidera Oriol Junqueras. Tras la consulta del domingo, pronostica que el Gobierno regional va a utilizar el resultado para reclamar un referéndum formal: «La feroz oposición del Gobierno central hace que el desenlace de este proceso sea impredecible».
La tercera opción, y la que provocaría una rebaja del rating para ambas economías, sería la independencia. Aunque cree que es la alternativa «menos probable» también admite que ésta es «el deseo de los partidos mayoritarios en Cataluña».
Llegado este caso, el ratio de deuda pública de España aumentaría hasta el 120% del PIB mientras que el nuevo país quedaría excluido de la Unión Europea «y ya no tendría acceso al Eurosistema, lo cual tendría un impacto negativo en su reputación crediticia y provocaría salidas de capitales extranjeros». En dicho escenario, CaixaBank y Sabadell experimentarían salidas de depósitos y se verían obligados a instalar sus sedes fuera de Cataluña.