- Es la consigna del separatismo. Fuera las fuerzas de ocupación. Y Sánchez se lo ha concedido
Al separatismo le molesta todo lo que sea Estado. Estado español, claro, porque si tuvieran el suyo propio estarían encantados en tener cuantos más uniformados mejor, y armas, y leyes que castigasen la disidencia con penas severas. Pero le tienen una manía especial a la Guardia Civil. Como buenos delincuentes, asalta caminos, garduñeros y bandoleros que son tienen claro que allí donde existe un tricornio el crimen lo tiene mal. De ahí que esas “fuerzas de ocupación” las singularicen de manera especial en el Instituto Armado, siendo su desaparición una de las exigencias más importantes para ellos.
Pues bien, a la vergonzosa expulsión de la Benemérita de Navarra y las Vascongadas ahora va a sumarse Cataluña. Se van a suprimir las actuales comandancias de Gerona y Lérida, territorios donde los lazis tienen mayor peso. Sánchez, al que no le viene de una traición más a España y al estado de derecho, privará a los ciudadanos que viven en esas tierras de la protección de un cuerpo de seguridad fundamental en el combate ya no contra esos golpistas sectarios, sino de la delincuencia en general. Se trata de tener contentos a sus socios y el inquilino de la Moncloa es capaz de hacer lo que sea con tal de asegurarse los votos de batasunos, separatas y demás ralea.
No se trata de que las competencias de tráfico las detenten los Mossos o la Guardia Civil, se trata de por qué un español de Mérida goza del derecho a sentirse protegido por los ángeles de verde y uno de Gerona no
Decimos que esa decisión política mezquina y torticera conculca el principio de igualdad entre todos los españoles y así es. No se trata de que las competencias de tráfico las detenten los Mossos o la Guardia Civil, se trata de por qué un español de Mérida goza del derecho a sentirse protegido por los ángeles de verde y uno de Gerona no. Fragmentar la policía en cuerpos autonómicos es un error. Incluso Pujol se negó a desplegar a los Mossos y tuvo que ser un gobierno social comunista y un consejero de interior del PSUC, Saura, quien lo hizo.
Si se trata de igualdad, de la que tanto habla la izquierda pero que tan poco practica, debe existir unidad policial en todo el territorio. Policía nacional y Guardia Civil. También Italia dispone, además del cuerpo de policía, de los Carabinieri o Francia de la Gendarmerie. Pero en España sobra todo lo que no sea secesión, algarada, golpismo y violencia. Un apunte: el ex consejero de interior de Torra, Miquel Buch, ha hecho público en una entrevista la petición que le hizo el presidente para que lo Mossos no actuasen con demasiada contundencia con los que estaban en las calles de Barcelona incendiándolas -¿recuerdan aquel “apreteu, apreteu” que les dijo a los CDR?–.
Algo de esto estamos viendo a día de hoy, en el que hay barrios en los que una persona decente no puede entrar sin grave riesgo
El orden público es la primera condición que debe imperar en una democracia. Sin él y sin una policía eficaz se apropian de las calles los criminales. Algo de esto estamos viendo a día de hoy, en el que hay barrios en los que una persona decente no puede entrar sin grave riesgo. Vandalismo, ocupaciones, robos, navajazos, un aumento de armas cortas como nunca se había visto, narco pisos, en fin, la de Dios es Cristo. Pero Sánchez retira a la Benemérita de puntos singularmente calientes porque así se lo exige su banda.
Algo pasa con el asunto de las fuerzas de la ley y si no, miren como lo primero que hacen los ediles podemitas es suprimir de las policías locales las brigadas antidisturbios. En Barcelona, en Badalona y podría citarles muchos ejemplos más. Así pues yo quiero sumarme al grito de fuera las fuerzas de ocupación. Solo que, para mí, las fuerzas de ocupación son quienes se arrogan el derecho a privarnos de la seguridad que merecemos como individuos. Fuera de una vez y viva la Guardia Civil.