El DAFO (acrónimo de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) es una herramienta analítica que se utiliza profesionalmente en el mundo de la empresa y en el de la política al iniciar la elaboración de un plan estratégico (por ejemplo, un nuevo proyecto en una empresa o una campaña electoral en un partido político).
Se trata de analizar sistemáticamente la situación preliminar, tanto desde el punto de vista interno (fortalezas y debilidades) como de los factores externos que pueden afectar al proyecto (oportunidades y amenazas). La combinación de esos cuatro factores permite establecer el punto de partida, precisar el objetivo (el máximo alcanzable) y comenzar a diseñar la estrategia que debe conducir a su consecución.
Partiendo de la información disponible –política y demoscópica- a pocas semanas de las elecciones del 4-M en Madrid, vamos a enumerar, de modo sintético, las principales fortalezas y oportunidades (factores positivos) y las debilidades y amenazas (factores negativos) a los que se enfrenta cada partido. Ello quizá nos ayude a interpretar y valorar el tipo de campaña que realizarán. Hoy comenzamos con los dos partidos mayoritarios: el PP y el PSOE. En la segunda entrega, analizaremos a los dos partidos minoritarios de la derecha, Vox y Ciudadanos. Finalmente, lo haremos con los dos minoritarios de la izquierda, Más Madrid y Unidas Podemos.
Fortalezas
PP
- La fortaleza histórica del PP en Madrid. Estructura orgánica, arraigo social, dominio institucional.
- El liderazgo personal de Isabel Díaz Ayuso. Presenta rasgos de modernidad y a la vez entronca con los liderazgos históricos del PP: una versión 2.0 de Esperanza Aguirre.
- Los beneficios de su gestión de la pandemia. Laxitud en la restricciones (movilidad, negocios abiertos) sin descontrol de contagios y muertes. La vitalidad económica de Madrid (comparación con Barcelona).
- Campeona del antisanchismo. Concentra y rentabiliza la confrontación bipolar entre bloques.
- El factor identitario. Representante de un incipiente “nacionalismo madrileño”.
- Potencia demoscópica. Aparece como ganadora segura. El efecto “bandwagon” (sumarse al vencedor) opera a su favor.
- Gran lealtad electoral de los votantes del PP ( más del 80%). La mayor tasa de fidelidad de todos los partidos. Los más motivados a participar.
PSOE
- Una fuerte implantación municipal, especialmente en el cinturón del Sur.
- Un candidato prestigioso y templado, que no produce rechazo. Respaldo de la izquierda moderada.
- La influencia del Gobierno central. El aparato gubernamental al servicio de la campaña del PSOE.
- Fuerte respaldo mediático.
- Presencia activa de Pedro Sánchez en la campaña.
Oportunidades
PP
- Convertir la votación en un doble plebiscito: sobre la figura de Ayuso y sobre su gestión pandémica (contrapuesta a la de Sánchez). Una elección binaria: con ella o contra ella. Protagonismo absoluto de la campaña.
- Activar un doble mecanismo de adhesión. Combinar el alineamiento ideológico (derecha vs. izquierda) con el respaldo transversal a la gestión de la pandemia (comerciantes, transportistas, hosteleros, etc).
- Apropiarse del marco conceptual de la “libertad” (situando a los rivales en el terreno opuesto del “sometimiento”).
- Voto útil: aglutinar el espacio de la derecha. Pasar del 45% de cuota en ese espacio al 75-80%.
- Participación diferencial: estimular participación masiva en barrios y zonas de mayoría conservadora (barrios centrales de Madrid, conurbación del Noroeste, etc). Aprovechar la posible desmovilización de la izquierda.
PSOE
- Capitalizar la aceleración de las vacunas y el (posible) final del estado de alarma.
- Aprovechar la bipolaridad PP-PSOE para movilizar y compactar voto de izquierdas.
- Posibilidad de encabezar gobierno alternativo al de la derecha. Voto útil. Contraste del discurso y tono de Gabilondo con los de Ayuso e Iglesias. Vender moderación.
- Recibir votos procedentes del naufragio de Ciudadanos.
- Bloquear las transferencia a la derecha por la alianza PP-Vox.
- Dar verosimilitud a la posibilidad de un Gobierno de Gabilondo pese a las segura victoria del PP (el juego del 5%).
Debilidades
PP
- “Marca sucia”. Contaminada por los casos de corrupción (durante la campaña seguirá el juicio de la Caja B en la Audiencia Nacional).
- Una convocatoria inexplicada. Aunque se usó lo de Murcia como pretexto, es frecuente que se penalicen las anticipaciones electorales injustificadas. Además, se convocó en plena pandemia.
- La dependencia de Vox. Puede ser un elemento disuasorio para ciertos sectores, y una fuente continua de ataques de los adversarios.
- La vulnerabilidad de Ayuso en el debate. Tendrá enfrente a rivales de mucha experiencia. Es fácil que cometa errores. En el debate de 2019 estuvo floja.
- Electorado envejecido. El más proclive a la “abstención pandémica”, especialmente si empeora la situación sanitaria. Tendrá que acelerarse la vacunación en los tramos de edad más elevados.
PSOE
- Partido históricamente perdedor en Madrid.
- Organización extensa pero inoperante, especialmente en la capital.
- Dependencia absoluta de la dirección nacional. Falta de autonomía política.
- Déficit de “madrileñidad”: sucursal de Ferraz/Moncloa.
- Hostilidad del Gobierno central a la CAM.
- Desautorización del candidato (“no hubo tiempo para buscar otro”) y desajuste entre su discurso y el del partido.
- Oposición invisible en la CAM y en el Ayuntamiento.
Amenazas
PP
- La cuarta ola de la pandemia (posibles restricciones adicionales).
- Obligada a la mayoría absoluta. Peligro de que Cs y Vox queden fuera.
- Aparición de contradicciones internas. Roces con la dirección nacional o con otros barones del PP.
- Exceso de polarización que cause rechazo. Para Ayuso es fácil pasarse en la dosis de confrontación ideológica.
- La extrapolación: que se perciba su victoria como la imposición de una nueva estrategia nacional del PP. ¿Amenaza para Casado?
PSOE
- Voto de castigo al Gobierno central: la pulsión antisanchista.
- Desmovilización: el electorado menos decidido a participar.
- Malestar por la cuarta ola de la pandemia.
- Gabilondo eclipsado por la confrontación Ayuso-Iglesias y el protagonismo de Sánchez. Un candidato poco adecuado para una campaña polarizadota.
- Transferencias de votos a Más Madrid: el “voto bonito” de la izquierda gourmet. ¿Un principio de voto dual? Voto a Errejón por oposición a la dupla Sánchez-Iglesias.
Conclusiones
PP
-
- Consolidar la hegemonía del PP en la derecha.
- Un resultado que permita gobernar en solitario.
- Capitalizar la euforia post-4M para reforzar su liderazgo.
La campaña:
- Personalista (de líder, no de marca).
- Plebiscitaria. O con ella o contra ella.
- Polarizadora. Confrontativa y binaria respecto a la izquierda. Eludiendo el choque con Vox y sin tener a cuenta a Cs.
- Empática. Con los sectores más sensibles a las restricciones pandémicas.
- Alegre y confiada. “Valiente para la pelea, segura de sus ideas y optimista ante el futuro”. Contra los cenizos (todos los demás).
PSOE
-
- Dejar a la derecha en minoría. (anular a Cs y Vox como votos útiles).
- Hacer viable un gobierno de coalición de izquierda encabezado por Gabilondo.
- Aumentar el peso del PSOE dentro de la izquierda.
- Ligar al PP a Vox. Alimentar conflicto estratégido en el Pp y debilitar a Casado.
- Capitalizar la euforia post-4M para reforzar su liderazgo.
- Tratar de captar votos perdidos de Cs.
La campaña:
- Campaña institucional: “Gobierno serio”.
- Campaña de doble candidato: bicefalia y reparto de papeles entre Gabilondo y Sánchez. Opacar la presencia de Iglesias.
- Máxima confrontación con Ayuso para fortalecerla en detrimento de Cs/Vox.
- Campaña bipartidista.
- Activar al máximo a sus alcaldes.
- Gubernamentalización: Presencia masiva de ministros. Agenda del Consejo de Ministros al servicio de la campaña.
- Ocupación masiva de espacios mediáticos.