EL CORREO 20/12/13
· El juicio reunió en París a las generaciones de los ‘años de plomo’ y de los últimos atentados en el País Vasco
El Tribunal Correccional de París juzgó y condenó ayer a seis y cinco años de prisión a José Lorenzo Ayestaran Legorburu y a Beñat Aginagalde Ugartemendia, respectivamente, por pertenencia a ETA cuando fueron detenidos el 28 de febrero de 2010 en Normandía junto al entonces jefe del aparato militar Ibon Goiaeskoetxea Arronategi, ‘Emil’. Las penas, un año inferiores a la petición fiscal, llevan aparejadas la prohibición definitiva de residir en Francia.
El juicio reunió en el banquillo de los acusados a los representantes de dos generaciones y épocas señaladas en la historia de ETA. Aginagalde (Hernani, 1984) tiene concedidas euro-órdenes españolas que lo reclaman por atentados postreros en el País Vasco como los asesinatos en 2008 del empresario Inaxio Uria y del exconcejal del PSEEE en Mondragón Isaías Carrasco.
Ayestaran (Lezo, 1957) tiene pendientes de ejecución demandas de extradición que le imputan los asesinatos de tres guardias civiles, un militar y un policía cometidos por el ‘comando Araba’ en 1979 y 1980, los ‘años de plomo’. «Vengo del paleolítico y andaba con los tiranosaurios», le escribía en mayo de 2010 en una carta enviada a Aginagalde en su correspondencia carcelaria.
En nombre de los dos procesados, Ayestaran leyó un escrito en español, traducido al francés por una intérprete, en el que rindió homenaje a los militantes de ETA José Miguel Ordeñana, ‘Argala’, y Ramón Oñederra, ‘Kattu’, muertos hace 35 y 30 años, respectivamente, en sendos atentados perpetrados en el País Vasco francés. «El Estado español fue el ejecutor y el Estado francés, el colaborador», afirmó en una intervención en la que dijo que se sentían «orgullosos y privilegiados» por haber luchado «en la resistencia vasca por la libertad e independencia de nuestro pueblo».
El fiscal antiterrorista Benjamin Chambre sostuvo la tesis de que Ayestaran fue repescado por ETA para adiestrar a los jóvenes activistas en el manejo de explosivos ante las caídas sucesivas de especialistas en la materia. Se cree que regresó a Francia en el verano de 2009 procedente de Venezuela donde había permanecido más de 20 años y formado a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según causas abiertas en la Audiencia Nacional.
«No, terrorista no es; parece mentira», interrumpió Ayestaran al fiscal cuando calificó así a ETA, lo que le valió un apercibimiento de expulsión por parte del tribunal. De Aginagalde el acusador resaltó que era «un activista joven pero con un itinerario criminal extremadamente grave».
La sentencia, entre otros cargos, considera a los condenados culpables de receptación de extorsión de fondos por los 8.035 euros que les fueron confiscados al ser detenidos en un albergue rural de Cahan (noroeste de Francia). Aginagalde deberá indemnizar con 2.759,61 euros al propietario de un vehículo robado que se personó en la causa como parte civil.