Francia,blanco perfecto para el yihadismo

FELIPE SAHAGÚN – EL MUNDO – 16/07/16

· Que se hayan repetido los atentados en suelo galo se debe a fallos de seguridad y a problemas para integrar a los musulmanes.

¿Es Francia objetivo prioritario del terrorismo islamista en Europa? Los atentados sufridos desde enero de 2015, con unos 230 muertos, contando los 84 de anteanoche en Niza, parecen indicar que sí. Lo había sido ya en los años 90 de grupos magrebíes, argelinos sobre todo, pero los atentados más graves hasta 2015 en Europa se cometieron en España y en el Reino Unido, no en Francia. Por la intervención en Irak, según muchos observadores, que se sienten reforzados por el reciente informe Chilcot, británico, sobre la invasión de 2003.

Que no se hayan repetido desde el 11-M o el 7-J atentados masivos en España y el Reino Unido, y sí en Francia, estando en la misma coalición contra el Estado Islámico (IS, en inglés), en sus listas de objetivos y en las mismas alianzas, se debe, probablemente, a sus fallos de seguridad y al hecho de tener un vivero mucho más numeroso de terroristas potenciales entre los cinco millones de musulmanes franceses con problemas de integración

Aunque hay pautas comunes, cada terrorista tiene sus razones y ningún atentado es igual a otro, pero, desde el director de la CIA, John Brennan, al último experto en seguridad hay unanimidad en que la pérdida del 40% del territorio que controlaba en Irak y del 20% en Siria –lo peor está por llegar en Raqqa y Mosul– está convirtiendo al IS en otra organización terrorista convencional y sin estado, más necesitada de golpes terroristas en el exterior.

Esta transformación ha reforzado al jeque y portavoz oficial, Abu Muhammad al Adnani, quien ya en septiembre de 2014 señalaba a Francia en Al Furqan, su principal medio de propaganda, como blanco favorito de una estrategia que incluye la multiplicación de atentados. «Si puedes matar a un europeo o americano infiel, especialmente a los rencorosos y sucios franceses –también a australianos, canadienses o infieles de cualquier otro miembro de la coalición contra el IS–, entrégate a Alá y mátalo de cualquier forma (con piedras, cuchillos, veneno o atropellándolo…), sea civil o militar, donde quiera que esté».

En solitario o en grupo, con más o menos vinculación con los mandos del IS, unos inspirados y otros ordenados directamente, muchos han respondido a la llamada en lugares tan alejados como Orlando, Estambul, Dhaka, Bagdad o Yeda.

La estrategia está clara y el objetivo es el mismo: desviar la atención de su debilidad creciente en Siria e Irak para mantener el pulso con sus competidores en el campo del terrorismo islamista y con sus enemigos fuera de él. «Los próximos 12 meses seguramente serán más sangrientos que los 12 últimos», decía Fawaz Gerges, de la London School of Economics (LSE), en el penúltimo número de la revista The Economist. Sólo en la región de París, la policía francesa tiene abiertas actualmente más de 150 investigaciones de posibles atentados y, aunque cada atentado sabe a fracaso, los que se evitan y no se publican superan con mucho a los que se cometen.

«Han elegido el 14 de julio porque es el símbolo de la libertad y de los derechos humanos», afirmó el presidente francés, François Hollande, en su mensaje a la nación. El presidente de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, Christian Estrosi, se desmarcó del discurso oficial. «Estoy profundamente decepcionado», afirmó. «Cómo es posible en nuestro país que –en estado de emergencia, en estado de guerra–, olvidemos tan pronto a Charlie Hebdo. Hasta que llegó Bataclan. Y después, lo volvimos a olvidar y nos golpearon en Bruselas. Lo olvidamos de nuevo, y ahora Niza. Hay que responder a unas cuantas preguntas. ¿Cómo es posible que un individuo pueda saltarse todo un perímetro de seguridad? Espero respuestas del ministro del Interior».

Muchas de esas respuestas están en las conclusiones del comité de la Asamblea Nacional sobre los atentados de 2015, publicadas el 5 de julio. Entre las 40 propuestas de los diputados destacan acabar con la fragmentación y descoordinación de los servicios de Inteligencia, abrir una agencia nacional o controlar la radicalización en las prisiones.

FELIPE SAHAGÚN – EL MUNDO – 16/07/16