Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

La Comisión Europea, una vez constatado que la opa de BBVA sobre el Banco Sabadell no recibe, ni exige, ni recibirá ayudas de Estado ha dado su aprobación. Una decisión que completa la anterior y mucho más importante del Banco Central Europeo al que le encanta esto de aumentar la dimensión de las entidades. La decisión se ha adoptado con envidiable rapidez, aunque es bien cierto que la operación, por su propia naturaleza, no despertaba ningún recelo en materia de ayudas de Estado. Se une al plácet de las autoridades británicas que lo concedieron hace ya meses y que debían opinar debido a la presencia en su país de una filial del Sabadell.

Así que el frente exterior queda despejado. Lo cual sucede poco tiempo después de que el interior se haya complicado, y mucho. La decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de pasar el tema a fase dos, es decir, de alargarla y complicarla con la aparición de numerosos nuevos interesados, alguno de ellos muy lejanamente interesados, confirma, si falta hacía, que la opa se dirimirá en el espacio interior. Allá donde las cuestiones técnicas se entremezclan y quedan oscurecidas por las cuestiones de índole política.

Desde el punto de vista estrictamente técnico, la operación es difícil de combatir. Pero todo el mundo sabe que aquí hay intereses cruzados con el mundo de la política. El Gobierno necesita los votos de los partidos catalanes para sobrevivir y a los partidos catalanes no les gusta la operación, por razones relacionadas con la pérdida de influencia y poder. Como es natural, ninguno de ellos se ha preocupado nunca por la perdida de influencia y poder que supuso la absorción de Bankia y su dilución final en el mundo Caixa. Pero claro, no es lo mismo comprar que ser comprado. El BBVA se queja de ciertos métodos empleados por el Sabadell en su defensa, pero es difícil que, en este delicado momento de la situación política, sus lamentos encuentren la comprensión y mucho menos el apoyo de los organismos reguladores. En la continuidad de la opa será clave la variable tiempo. Cuanto más dure el proceso más difícil será que gane BBVA, cuya capacidad de acelerarlo es entre pequeña y nula. Y cuantas más preguntas se hagan a más operadores, más respuestas se obtendrán y más lío se generará. Al final, esta es una operación entre empresas privadas y los encargados de vigilar la limpieza del procedimiento y su adecuación a la norma se deberían constreñir a eso, a la limpieza de los procedimientos y su adecuación a la norma.