María Jesús Pérez-ABC
- Grábense esto por lo que pueda pasar: «No subiré los impuestos», «No pactaré con Podemos». Hoy, la palabra de un socialista vale menos que un bolívar
Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Y es que en ‘casa PSOE’ son todos especialistas en plantear una propuesta en un momento concreto, dos segundos después plantear todo lo contrario, y en el mientras tanto, en tan solo un nanosegundo de tiempo, negar el primer planteamiento y, a priori, también el último. Vamos lo que viene siendo mentir como bellacos. Experiencia tenemos ya un rato. Lo vivimos en campaña y poscampaña con las promesas incumplidas de Pedro Sánchez tras acceder al poder, y es lo que vamos a vivir ahora trasladado el asunto a la capital de cara a las elecciones del 4 de mayo. Confío que no.
Resulta que ahora el PSOE no quiere subir los impuestos en la Comunidad de Madrid. ¿Pero no era poco menos que un paraíso fiscal? El caso es que Ángel Gabilondo, el encargado socialista en hacer todo lo que esté en sus manos y más para arrebatar la presidencia a Isabel Ayuso -o, al menos, unos cuantos votos que dejen fuera a la popular-, en tan solo dos meses ha pasado de pensar que Madrid hace dumping fiscal a plantear que a los madrileños no se les va a subir los impuestos si él es el elegido como nuevo líder.
Aquí hay gato encerrado fijo. Es lo que tiene el nuevo idioma sanchista. A ver, lo que ha dicho Gabilondo es que «su idea» es «no tocar la fiscalidad en lo que queda de legislatura». Por lo tanto, en realidad lo que quiere decir es que en cuanto acabe, los madrileños están avocados a pagar más impuestos tal y como había quedado hace 60 días con Íñigo Errejón. Porque lo que es un hecho verificable es que hace dos meses presentaba en la Asamblea junto con Más Madrid una subida indiscriminada de impuestos a los madrileños, hasta sumar 3.600 millones de euros al año. Como recordatorio, los socialistas además denunciaban en noviembre en sede parlamentaria que era todo un despropósito que la Comunidad de Madrid esté renunciando a ingresar más de 4.100 millones beneficiando a quienes más tienen. Y para defenderlo, apuntaban que el objetivo no es subir o bajar los impuestos, sino conseguir mayores niveles de bienestar y equidad en la población.
Ahora, a las puertas de una campaña electoral, el bueno de Gabilondo dice no solo que no pretende tocar los impuestos sino que… ¡le intranquiliza pensar en pactos con el candidato de Podemos! Pero, ¿esto es coña no? La historia se repite. El candidato del PSOE se hace ‘un Sánchez’ y define al que hasta ayer mismo era vicepresidente del Gobierno como alguien «radical» que le quitaría el sueño en un gobierno de coalición.
Pues… grábense esto a fuego: «No subiré los impuestos» y «No pactaré con Podemos», porque la palabra de un socialista vale menos que un bolívar.