Maite Pagazaurtundua, EL CORREO, 08/08/11
Hay mucho mundo ahí fuera, podría decirse, pero es un vano consuelo. Nos duele la obscenidad pública de los que nos han hecho la vida imposible para cambiar el paradigma sociopolítico. La sentencia de legalización de Bildu ha devuelto a los estrategas de ETA y Batasuna a la mesa de juego político vasco y español. Los príncipes de la interpretación constitucional debían estar profundamente absortos en alguna realidad teórica que se nos escapa algunos cuando deliberaron. Ellos, sacrificados príncipes que sirven al Estado democrático. Nosotros, ignorantes ciudadanos que deseamos se nos garantizan los principios constitucionales que nos han arrancado los etarras y todos los hombres y mujeres que les consienten y apoyan.
Los de ETA, los de Batasuna, a pachas, a ratos trabajaron y trabajan como gánsteres políticos en cada pueblo para vaciar el concepto más profundo del pluralismo político, aislando, persiguiendo o asesinando a los no nacionalistas vascos. Vaciaron el sentido profundo de la libertad llevando a recuas de ciudadanos a identificar libertad con tranquilidad y a aspirar a no verse perseguidos ellos mismos. Como gánsteres políticos trabajaron y siguen trabajando en cada pueblo para vaciar el concepto más profundo de la ley y la justicia y ahora, una vez más, reclaman impunidad para los asesinos, como si no hubiera responsabilidad en ahormar las conciencias al miedo y la cobardía comunitarias.
Son tiempos para pensar poco profundamente en las cosas comunes. Se suceden las estaciones en los tiempos de la pura propaganda y cambian las palabras que quedan gastadas por otras que tampoco se pretende que signifique mucho, sino que cubran los espacios en los medios de comunicación y funcionan en las encuestas de opinión en las próximas elecciones.
Los discursos colectivos están preñados de pura propaganda y maniqueísmo y da igual el terrorismo que la crisis económica. Da igual arre que so. Lo importante es quedar bien un ratito y entre tanto, el diputado general busca las consignas para que la sociedad obligue a las víctimas de los asesinatos y extorsiones y amenazas y secuestros de ETA a que pidan perdón a los victimarios.
Sin el apoyo de los líderes y jueces que nos debieran haber protegido de la acción de los canallas, la historia ha barajado los naipes y los naipes han sido repartidos a gusto de los amigos de los gánsteres.
Se reinicia el juego con apuestas que indican que a las víctimas del fanatismo identitario no les tocara un póker de ases. Pues vale, habrá que jugar una vez más para mantener la dignidad frente a los escupitajos de los canallas.
Maite Pagazaurtundua, EL CORREO, 08/08/11