EL PAÍS, 15/12/11
Bildu consigue encarrilar los presupuestos de Gipuzkoa y la reforma fiscal
Bildu está muy cerca de cerrar una semana redonda, la más productiva y exitosa desde que asumió el poder de la Diputación de Gipuzkoa. En poco tiempo, el gobierno foral que preside Martin Garitano ha logrado concitar los consensos necesarios para impedir que fuesen rechazados los principales proyectos de norma que ha elaborado en lo que va de legislatura: los presupuestos forales para 2012 y las modificaciones tributarias. La coalición abertzale ha sido capaz de alcanzar un acuerdo presupuestario con el PNV y está a punto de ultimarlo con los socialistas en materia fiscal. El último logro de Bildu se dio ayer en las Juntas Generales al quedar rechazadas, con sus votos y los del PSE y Aralar, las enmiendas a la totalidad del PP a la reforma impositiva.
Bildu, primera fuerza en Gipuzkoa aunque sin la mayoría absoluta (22 escaños) en el Parlamento provincial, había puesto a prueba su capacidad de entablar acuerdos con los grupos de la oposición tras las críticas que estos venían lanzando sobre la ausencia de grandes decisiones y la inactividad de los soberanistas en los primeros meses de gobierno foral. El gabinete de Garitano ha contrarrestado estas críticas consiguiendo encarrilar la sanción de las cuentas para 2012 con el apoyo del PNV, el principal partido de la oposición. Y para aprobar las nuevas normas fiscales -afectan al IRPF, Patrimonio y Sucesiones y Donaciones-, la coalición independentista logró ayer un «importante acercamiento» a los socialistas, según fuentes de la negociación. Los proyectos de presupuestos y de cambios fiscales deben superar el trámite de las enmiendas parciales hoy y mañana, respectivamente, y posteriormente se someterán a votación en el pleno fijado para el día 23 de diciembre.
Para salvar los presupuestos, Bildu ha pactado con el PNV sin pagar un alto coste político. Acepta incluir una partida de ocho millones de euros para dar auxilio a las empresas, por un lado, y aplaza seis meses la decisión final sobre la construcción o no de la incineradora de Zubieta, por otro. Aunque discrepa del PNV, su «socio preferente», sobre los efectos de este compromiso, Bildu ya ha encontrado escapatoria al avisar de que la «última palabra» sobre la planta de combustión estará en manos de los Ayuntamientos, y no de las Juntas Generales, como aseguran los peneuvistas.
La reforma fiscal también está muy encarrilada, aunque aún sin cerrar. El Ejecutivo de Garitano y los socialistas lograron aproximar sus posiciones y, a falta de algunos flecos, tiene ya ultimado el acuerdo fiscal. Este se produjo después de que por la mañana el PSE lanzara un «aviso a navegantes». El juntero Mikel Arrizabalaga advirtió de que cualquier entendimiento pasaba por aceptar la filosofía de la propuesta fiscal del lehendakari, Patxi López.
El PNV consideró que el proyecto de Bildu profundiza en la desarmonización fiscal vasca e implica que los guipuzcoanos paguen más impuestos que los vizcaínos o alaveses. El PP la tildó de «cosmética y demagógica» porque supone un incremento de 93 millones en la recaudación. Y Aralar indicó que la subida de impuestos se queda «corta».
EL PAÍS, 15/12/11