Holanda tiene dos problemas: el islam y la Unión Europea. El líder de la ultraderecha holandesa, Geert Wilders, no quiere «construir un muro alrededor» de los Países Bajos, pero si deshacerse de Bruselas y recuperar el control de las fronteras para «decidir quién entra en casa». Lo dijo en rueda de prensa en un polígono industrial y rodeado de su equipo de seguridad. «No digo que todos los musulmanes sean terroristas, eso es absurdo, pero sí que el islam es una ideología muy peligrosa», señaló. Según sus cifras, el 80% de los terroristas que han viajado a combatir a Siria e Irak son de origen marroquí. «Podemos cerrar nuestros ojos y ser políticamente correctos, pero la realidad es que hay un problema en Holanda, no con todos los marroquíes, pero si con muchas personas de origen marroquí», alertó.
En su primer día de campaña, Wilders prometió lidiar con la «escoria marroquí» y «desislamizar» los Países Bajos si logra ser primer ministro. Auguró un «pronto fracaso» a un Gobierno de coalición que no cuente con el Partido de la Libertad (PVV) tras las elecciones del 15 de marzo. «Si somos el partido más grande del país, les será muy difícil ignorarnos», aseguró.
Dijo que la Unión Europea está «muerta» y que «la primavera patriótica se hará realidad. Podemos seguir siendo amigos, pero sin necesidad de la UE». En la última encuesta, el PVV pierde cuatro puntos y obtendría 25 escaños. Llamada Democristiana (CDA) se convierte en el tercer partido, por detrás del PVV y los liberales del VVD.