Juan Carlos Girauta-ABC
- La Justicia internacional hablará, por supuesto, pero los genocidios no se detienen esperando a que un tribunal resuelva que han sucedido, sino antes
Macron rechaza la palabra ‘genocidio’ para describir lo que Rusia está haciendo en Ucrania. No quiere entrar en una «escalada verbal», aduce. Con ello acusa a Biden de tal supuesta temeridad, pues es este quien, con sus declaraciones, le obliga a pronunciarse.
Es crucial elucidar si efectivamente estamos asistiendo a un genocidio. De ser así, la comunidad internacional -no diré la ONU, que ya no pinta nada-, los Estados y organizaciones del mundo libre deben detenerlo. Si no, será papel mojado cualquier invocación a nuestros valores en los próximos veinte o treinta años. Por cháchara los tendrá el ciudadano occidental si ante un genocidio en plena Europa no se interviene, limitándonos al envío de armas a Ucrania para que se defienda sola.
Si Biden tiene razón y hay un genocidio en marcha, entonces la aparente prudencia de Macron sería en realidad imperdonable hipocresía. El genocidio es el peor delito concebible, no prescribe, eleva la barbarie a norma, extiende sus efectos deletéreos durante generaciones, es incompatible con la civilización. A esa maldición, el presidente francés estaría oponiendo una inconveniencia verbal. Por eso importa tanto que nos formemos pronto, ya mismo, una idea al respecto.
Está fuera de discusión que las tropas rusas han incurrido, recibiendo órdenes de un implacable aparato jerárquico, en varios de los supuestos del tipo objetivo del genocidio. Uno solo basta, y se dan los tres primeros: matanza de miembros de un grupo nacional, graves lesiones a su integridad física o mental, sometimiento a condiciones de existencia calculadas para su destrucción física total o parcial. Si concurre también el tipo subjetivo, hay genocidio: la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que Putin y su círculo, al ordenar lo ordenado, han tenido o tienen la intención de destruir parcialmente a los ucranianos? Yo creo que sí, que Biden tiene razón. La Justicia internacional hablará, por supuesto, pero los genocidios no se detienen esperando a que un tribunal resuelva que han sucedido, sino antes. En cuanto se identifican, como ha hecho Biden, a quien solo le falta actuar en consecuencia.
Es ese actuar en consecuencia lo que Macron, con la segunda vuelta de las presidenciales delante, no está dispuesto a hacer. Por eso no acepta el término y lo tilda de «escalada verbal». Existe otra posible razón, mucho peor. Sabiendo que una buena parte de los votantes de Mélenchon podrían preferir la vía del «cuanto peor, mejor», tan propia de la extrema izquierda, teme que se abstengan, dando el triunfo a Le Pen. Tiene razones para temerlo: el presidente de ‘La France insoumise’ no ha pedido el voto a Macron. Así que Ucrania es una patata caliente para el candidato: si señala genocidio tiene que actuar e implicar a Francia en la guerra. O no actuar y aparecer como un inmoral.