Hay una circunstancia en la biografía de Germán Yanke, no recogida en este libro publicado por la editorial ‘Temas de Hoy’, que es su dilatada vinculación al mundo cultural bilbaíno. A ese Bilbao culto y liberal de más antigua raigambre que el antiliberalismo y etnicismo aranista. Mayor y mejor tradición, que tal vez sea el motivo de la no disimulada animadversión del nacionalismo que hace que sea Bilbao, probablemente, la única ciudad del mundo que tiene una calle dedicada a un militar que la asedió y no conquistó, Zumalacárregui, y se la quitaron a quien la liberó del cerco, Espartero. Por obra y gracia del ‘chapapote’ cultural, y el ‘lindane’ ideológico e histórico del oficialismo nacionalista. Esa alteración que se va imponiendo a golpes de ideología y presupuesto, atentando contra la libertad individual y la razón , en nombre de una quimera colectiva que hoy se expresa en el llamado ‘Plan Ibarretxe’. Ese proyecto nacionalista anti-democrático, sustentado en una concepción etnicista y patrimonial del País Vasco-Español, Navarra y el País Vasco-Francés.
En este libro Germán Yanke proyecta, al comienzo de cada uno de los once capítulos de los que consta, situaciones que reflejan con incuestionable verosimilitud, el desenlace de una realidad que va describiéndose en las diferentes facetas de la vida social, económica, lingüística, cultural y educativa. Todo lo que está influenciado por una determinada visión y gestión de la política, con un tratamiento de los datos y descripción de la realidad, que sólo la falta de argumentos, la inconsciencia o la frivolidad, puede seguir sirviendo de soporte al impune fanatismo del nacionalismo vasco y su proyecto. Al que algunos siguen calificando de democrático y legítimo.
Este libro, dedicado a José Luis López de la Calle, asesinado por ETA, a quien conocí a través de Germán Yanke, desarma cualquier pretensión argumental de cubrir con presumible racionalidad histórica y democrática, incluso de convivencia en el espejismo de una mejora de bienestar económico de la sociedad vasca, lo que no es sino un proyecto secesionista y totalitario, cuyos resultados predecibles serían dramáticamente negativos para la mayoría de la ciudadanía vasca.
Javier Elorrieta, 26/7/2003