EL MUNDO – 07/10/16
· Allana el camino asegurando que no va a poner ninguna condición al PSOE.
· Mariano Rajoy facilitó ayer al PSOE el difícil tránsito del «no es no» a la abstención al asegurar públicamente que la «prioridad» es formar Gobierno y que no va a poner «ninguna condición» a los socialistas si permiten su investidura.
La nueva Gestora del PSOE que dirige el presidente de Asturias, Javier Fernández, esperaba un gesto de Rajoy que les allanara el camino para adoptar esta complicada decisión. Y el presidente del PP y presidente del Gobierno en funciones, en su primer pronunciamiento público después de la dimisión de Pedro Sánchez, se lo brindó ayer. Por él, vino a decir, no va a quedar.
Rajoy pidió de nuevo a los socialistas que le dejen gobernar. «Yo lo que quiero es tener un diálogo con el PSOE a la mayor celeridad posible y tenerlo con absoluta franqueza», aseguró en una visita a Torremolinos (Málaga). El líder popular dijo que «cuando pueda» mantendrá una conversación con Fernández, que ahora es su «interlocutor». «Lo único que le voy a decir es que se necesita un Gobierno en España rápidamente y que ir a elecciones otra vez es un gran disparate», defendió.
El presidente zanjó de este modo el debate creciente sobre si al PP, dada la trágica situación en que se encuentra el PSOE, le interesa más unas terceras elecciones que un Gobierno en minoría, con prácticamente todos los grupos parlamentarios enfrente. En el partido no esconden que, efectivamente, en una nueva cita con las urnas tienen al alcance de la mano una mayoría absoluta, cuajada entre ellos y Ciudadanos. La tentación es real, pero Rajoy hizo ayer que se esfumara en dos frases.
Al parecer, según fuentes consultadas en el partido, el endurecimiento del discurso del PP sobre las condiciones de la abstención del PSOE y la reclamación de garantías de gobernabilidad –realizada en público y en privado por dirigentes populares los últimos días–, habían llevado a destacados socialistas a transmitir al PP su preocupación y a pedir que no apretaran tanto. En este contexto se ha producido la reacción de Rajoy, que está pendiente de una reunión con Javier Fernández, un presidente con quien, aseguran en Moncloa, «mantiene una relación institucional muy correcta».
El movimiento de Rajoy, a falta de los pasos que debe dar ahora el PSOE, despeja las vías para una posible investidura en la última semana de octubre. Los socialistas deben antes convocar a su Comité Federal y aprobar la decisión de abstenerse, si es que finalmente es esto lo que hacen. A continuación se produciría una nueva ronda de consultas del Rey y la designación de Rajoy como candidato, que desembocaría en una nueva sesión de investidura. Las fechas todavía son una incógnita.
No obstante, pese al guiño de Rajoy de ayer en el PP siguen muy pendientes de la evolución de la crisis del PSOE y de la pacificación en sus filas para llegar cohesionados a la posible abstención. La consigna continúa siendo no inmiscuirse y, desde ayer, con el posicionamiento del presidente, realizar llamamientos constructivos.
Esto fue precisamente lo que hizo ayer el líder del PP vasco, Alfonso Alonso, que en declaraciones a Onda Cero abogó ayer por que en el PSOE haya una nueva «actitud» y «se vuelvan a tender algunos puentes». Alonso admitió que el PP también debe «abrir cauces de diálogo y entendimiento» porque, si no, «no es posible sacar adelante España e ir resolviendo las cosas».
En definitiva, ayer se produjo el primer paso real para la apertura de una nueva etapa de relaciones entre PP y PSOE, una fase distinta a cualquier otra y que será más o menos fructífera y creativa en cuanto a volumen de reformas en función de los intereses de ambos, si es que al final hay Gobierno.
EL MUNDO – 07/10/16