«La cleptocracia catalana ha tocado a su fin, pronto acabará el secesionismo catalán, y lo hará en las urnas». Así de contundente se mostró ayer el portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos Girauta, durante un debate sobre la independencia de Cataluña, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Un primer acto dentro de la campaña ¿Qué está pasando en Cataluña?, organizada por Societat Civil Catalana (SCC), al que también asistieron la vicesecretaria general de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy; el ex ministro de Hacienda por el PSOE, Josep Borrell, y el historiador y periodista Fran Carrillo.
Girauta insistió en que para acabar con el nacionalismo hay que dejar de usar «sus esquemas». «Nunca vamos a ganarles si no dejamos de hablar del proceso, de judicializar la política». Lo que hay que hacer, explicó, es evitar las «chorradas del discurso de autorreferencia de una cosa que no tiene futuro. Y los que lo han desencadenado lo saben».
Entre todos recordaron el discurso de independencia difundido por Cataluña durante los últimos 30 años e insistieron en hacer llegar una visión diferente acerca del problema que existe en la sociedad catalana y española: dilucidar cuáles son los elementos que ha utilizado la ideología nacionalista para comprender sus metas y sus mitos, así como prevenir de lo que está por venir y las posibles soluciones al conflicto.
Andrea Levy fue otra de las ponentes que más intervino sobre las cuestiones propuestas en el debate, y recordó desde su primera intervención que «esta no es un cuestión que afecte solo a los catalanes, sino a toda España», debido a los «lazos de cultura e historia» que nos unen. Los independentistas «se han querido apropiar del discurso de las identidades» fomentando una ideología que argumenta que «la culpa no es nunca de uno, sino del otro».
Una ideología que «no acepta la catalanidad si no se acepta la independencia», resaltó el ex ministro de Josep Borrell, quien añadió que los nacionalistas catalanes, desde la restauración de las autonomías, «no dijeron claramente las intenciones» que tenían, «porque si no la gente les diría que no», sentenció.
Como catalán de nacimiento que es, Borrell hizo referencia al control de la ideología que se ejerce a través del idioma en la educación. «En la escuela de mi pueblo había una foto de un señor con bigotito que me miraba amenazador y decía: no hables catalán. Yo no pude aprender mi lengua. Esto también hay que entenderlo», matizó el ex ministro.
Por su parte, el historiador y periodista Fran Carrillo recordó la importancia de ser conscientes de un «doble falseamiento, claro, evidente y obsceno» por parte de la corriente independentista. Por ejemplo, controlando los «instintos no educados y preparados al ensoñamiento» de una solución a través de la separación de España que ha hecho que se haya «perdido una generación» (concretamente, la del 75 al 80, según el historiador).
En cuanto a qué hacer, Borrell se mostró crítico reconociendo que «los gobiernos tienen una enorme responsabilidad» y que ninguno en los últimos 20 años ha sabido «contraponerse a la información independentista».