Gobernanza de calidad

MIGUEL ESCUDERO, EL CORREO 08/08/13

· Hace ya unos años que la palabra ‘gobernanza’ irrumpió con fuerza en los medios de comunicación; permítaseme decir que al primero a quien se la escuché fue a Felipe González, quien la emplea con deleite. Data del siglo XIV y fue una palabra en desuso que significaba la acción y el efecto de gobernar. Ahora, en cambio, está a la orden del día y se entiende con ella el arte de gobernar que procura el mejor equilibrio entre las instituciones políticas, el sistema económico y los hábitos culturales de una sociedad. La crisis que nos está asolando evidencia unos agentes financieros que controlan las economías e imperan incluso sobre el poder político o el ‘pueblo soberano’. Siempre hay que pensar en positivo, más aún en estos momentos. Y esto supone escuchar sin prejuicios. Mejorar nuestra calidad de vida pasa por mejorar la calidad de nuestra democracia, con derechos y obligaciones. Para ello es preciso que prevalezca lo razonable y lo solidario, y que el poder esté distribuido de modo pertinente; esto es, que las decisiones se tomen desde la mejor experiencia y la juiciosa previsión, tanto por los electores como por los representantes públicos.

El magnate germano-estadounidense Nicolas Berggruen, fundador de un instituto de estudios estratégicos que lleva su nombre, ha publicado con Natha Gardels el informe ‘Gobernanza inteligente para el siglo XXI’. En el se dice algo que es cierto y por desgracia demasiado sabido: «Las campañas electorales son manipuladas con excesiva facilidad por aquellos que disponen de los recursos para distorsionar el diálogo honrado». Propone en particular una comisión de ‘prácticas políticas limpias’ que rebata afirmaciones falsas en los medios. Reclama que las redes sociales, focos de participación e información inmediatas, sirvan para transformar a la ‘necia multitud’ en ‘multitud inteligente’, lo que es «uno de los retos fundamentales a los que se enfrenta la buena gobernanza». Estos proyectos, así como el de un sistema electoral paritario, deberían estar con toda resolución y prontitud en nuestra agenda política, sería una rotunda mejora.

Todo en la vida puede ir mucho peor, pero también se puede mejorar haciendo lo que toca. En Cataluña y, aunque se diga lo contrario, a instancias del Gobierno de la Generalitat se habla ciegamente del ‘derecho a decidir’ –que quiere significar ‘de modo unilateral’–, un eufemismo de ‘autodeterminación’; algo que no se acepta en ningún Estado occidental.

Ese mal llamado derecho es un derecho a dividir la sociedad catalana, la cual lleva ya más de medio año sin Presupuestos gubernamentales. Se está haciendo todo lo contrario de lo que exige la gobernanza. En octubre hará diez años que California, hogar de Hollywood y Google, votó en referéndum la destitución del Gobernador Gray Davis, reelegido hacía sólo ocho meses, por el caos alcanzado: un déficit fiscal desorbitado y mayor gasto público para cárceles que para la enseñanza superior. Dicho referéndum se logró siguiendo todo el protocolo de la legalidad.

MIGUEL ESCUDERO, EL CORREO 08/08/13