- El PSOE quiso conceder este logro a nada menos que Bildu, casa común de quienes apoyaron la persecución y el asesinato de los 230 guardias civiles que cayeron a manos de ETA
Jesús Eguiguren ya no es presidente de los socialistas vascos, pero sigue concediendo entrevistas sorprendentes. Como antaño, responde con su verdad, es capaz de decir lo que nadie espera y nunca deja indiferente a nadie. Su principal activo sigue siendo la sinceridad en un tiempo en el que pocos políticos dicen lo que realmente piensan porque piensan lo que deben decir antes de decirlo en voz alta. Estos siguen el argumentario del partido, evitan contrariar a su líder, pretenden mantener su sueldo y, por si fuera poco, se juegan los votos, por lo que medirán no contrariar ni incomodar a sus potenciales votantes y mucho menos decirles la verdad si esta fuera incómoda. Pero Eguiguren es un alma libre.
En el pasado, con ETA asesinando a inocentes y atacando a la democracia española, Eguiguren abrió una vía de diálogo secreto con los terroristas a través de Arnaldo Otegi y Josu Ternera, máximo responsable de la banda. Según el socialista, ambos son «artífices del fin del terrorismo» y los calificó de «héroes de la retirada». Yo soy de los que piensan que la derrota de ETA se produjo por la ley de partidos que ilegalizó a los servicios auxiliares de la banda, la acción de la Justicia, la colaboración con Francia, la dignidad de las víctimas y, aunque tardía e insuficiente, la movilización ciudadana. Y, sobre todo, por la labor ejemplar de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y especialmente de la Guardia Civil, 230 de cuyos miembros fueron asesinados.
Que se vive muy bien a la sombra del PNV es lo que me confesó hace años un dirigente socialista en la cafetería del Parlamento Vasco
A mí los diálogos y las negociaciones que se produjeron con ETA siempre me parecieron, además de inmorales, contraproducentes, porque pospusieron la derrota de los terroristas y les sirvieron para coger aire y rearmarse. Por ello siempre me opuse, por decencia democrática y por eficacia, tanto en mis conversaciones privadas como en mis artículos de opinión o durante mis ocho años de trabajo en el Parlamento Vasco. Por las mismas razones, siempre me ha parecido inmoral la actitud de los políticos que defendieron la negociación con la banda terrorista. O la de quienes hoy se jactan de haber cedido ante ETA.
Eguiguren dice ahora que «un gobierno PSE-EH Bildu no sería imposible, pero estar con el PNV todavía tiene ventajas». Es decir, que al PSE solo le debería impedir buscar una mayoría con EH Bildu el hecho de que vive a cuerpo de rey siendo el palmero del PNV en lugar de intentar ser su alternativa, que es lo que debería pretender toda izquierda decente. Que se vive muy bien a la sombra del PNV es lo que me confesó hace años un dirigente socialista en la cafetería del Parlamento Vasco. Lo más grave e inmoral es que no rechace semejante opción habida cuenta que EH Bildu es un partido legal pero en absoluto democrático, por cuanto sigue sin condenar el terrorismo de ETA, homenajea a sus miembros no arrepentidos y es corresponsable de las consecuencias de la violencia. Lo triste no es que Eguiguren se lo piense sino que lo vean deseable muchos socialistas vascos. No sorprende porque Pedro Sánchez acaba de convertir a los herederos políticos de la banda en socios preferentes para sostener la gobernabilidad de España, cuya destrucción pretenden, sin otro propósito, obviamente, que mantenerse en la Moncloa. Eguiguren obvia además que ese gobierno, si nos atenemos a los resultados electorales, no sería de PSE-EH Bildu sino de EH Bildu-PSE y con Arnaldo Otegi como lehendakari. Tal cosa sigo pensando que es, además de inmoral, un imposible, y no solo porque no tengan votos suficientes.
La semana pasada Pedro Sánchez negoció y acordó con Bildu la entrega a Navarra de las competencias de tráfico y la retirada a la Guardia Civil de esas responsabilidades. El traspaso de las competencias autonómicas se negocia entre el Gobierno central y el autonómico, que dirimen sobre la fórmula y los aspectos técnicos y en base a lo que el correspondiente estatuto recoge. Sin embargo, y a pesar de que los socialistas gobiernan Navarra y tal acuerdo podría haberse firmado entre socialistas, el PSOE quiso conceder este logro a nada menos que Bildu, casa común de quienes apoyaron la persecución y el asesinato de los 230 guardias civiles que cayeron a manos de ETA; lo que ha significado la penúltima indecencia de este gobierno infame.
Mientras tanto, Eguiguren coleguea con Otegi, a quien ha invitado vía WhatsApp a que se sume a la Internacional Socialista ahora que Sánchez es su presidente. Y Otegi le respondió con emoticonos que Eguiguren no llegó a entender, según nos cuenta entre risas.
¿Hasta cuándo vamos a soportar tanta indecencia?