ABC 18/11/16
· «Tiene fuerza y coraje pero no sé si hay otros. No la apoyo porque la fastidiaría»
Las expectativas eran muy altas por la situación actual que está viviendo el PSOE y la carrera que Susana Díaz ha iniciado hacia Ferraz. Felipe González visitaba Sevilla para participar en una conferencia organizada por el Foro Joly Andalucía y se esperaba un apoyo expreso a la presidenta de la Junta, con quien le une una buena relación. Díaz aparcó su agenda para ir a escuchar su conferencia.
González no defraudó y rompió los esquemas convirtiéndose en el protagonista indiscutible de la jornada, levantando pasiones entre el reducido núcleo felipista que acudió a escucharlo, un auditorio plagado de empresarios y representantes de la sociedad civil andaluza. También dio el golpe certero con sus invitados. El expresidente pidió expresamente a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán que lo acompañaran en esta jornada y ambos acudieron puntuales a la cita. Hacía mucho tiempo que ambos no aparecían en público, mucho menos juntos y, mucho menos junto a Susana Díaz, quien les obligó a dejar su escaño en el Congreso de los Diputados tras su imputación por el caso ERE.
No sólo eso. El protocolo obliga y los tres compartieron mesa y mantel junto al propio González, su esposa, Mar García Vaquero, la única cónyuge que asistió, y otras autoridades.
El expresidente habló de todos los temas, centrándose en política internacional, en el papel de España en Europa y Latinoamérica (que criticó duramente). Y habló poco de Susana. Muy poco porque quería centrarse en las «cosas que importan a la gente, como la Lomce, y la eliminación de las reválidas, que afecta a 500.000 criaturas y a sus familias». Nada más empezar, Felipe González ironizaba, «se supone que he venido para apoyar a Susana», y sólo al final del coloquio cuando no pudo evitarlo, fue más explícito. «Tiene fuerza y coraje pero no sé si hay más así», dijo cuando fue preguntado sobre si Susana Díaz tiene las condiciones para ser la líder del PSOE, pero evitó darle su apoyo expreso, «Sería una desgracia para Susana y para mí que me pronunciara sobre eso. Hasta ahora, ningún candidato que haya apoyado ha ganado». «¿La apoyaría si se presenta? No, porque la fastidiaría».
También dio una de cal y otra de arena sobre el Congreso Federal que debe elegir el nuevo líder. Felipe González se mostró partidario de convocarlo en pocos meses, «ni inmediatamente como pretenden algunos en plena descomposición, ni en las calendas griegas para ver si las brevas caen cuando estén maduras». ¿Era una referencia directa a alguien? Ahí lo dejó.
En lo que no tuvo ambages fue en sus críticas a Pedro Sánchez. Después de asegurar que se han malinterpretado sus palabras en una revista francesa en la que afirmaba que no podía hablar ni media hora de España, aseguró que Sánchez, «sin cultura de partido, ha intentado hacerlo lo mejor que sabía, pero probablemente no sabía». Y sobre las acusaciones de Sánchez sobre el contubernio capitaneado por González para desbancarlo fue claro: «En ese momento desvariaba».