EL MUNDO – 07/06/15
· Maduro advierte de un «tiempo de mascre» si fracasa su revolución.
Nicolás Maduro anunció en la tarde de ayer que por «razones de salud» suspendía su viaje a Roma y su esperado encuentro con el Papa Francisco. «Me da mucha pena, pero bueno por razones de una virosis muy fuerte que me han pegado y una otitis fuerte, los médicos me han prohibido montarme en avión y emprender un viaje de estas características», se excusó durante una videoconferencia transmitida por la televisión.
«Le he comunicado al nuncio apostólico que busquemos una nueva fecha», añadió. Será el vicepresidente Jorge Arreaza quien sustituya al primer mandatario en la 39ª Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.
La suspensión del viaje da al traste, de momento, con lo que parecía la única opción para encontrar una salida al callejón venezolano. Los presos políticos Leopoldo López y Daniel Ceballos, además de una treintena de personas más que les apoyan, mantienen un pulso al gobierno en forma de huelga de hambre.
«La enfermedad de Maduro no le permite reunirse con el Papa, pero sí le pasar horas haciendo campaña en los medios del Estado», censuró Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). «Maduro no va porque no tiene moral para explicar lo que pasa y mucho menos negarse a su petición», aventuró Freddy Guevara, responsable político de Voluntad Popular, el partido de López.
Tras recuperarse de la sorpresa inicial, la oposición mantuvo su apuesta: «El Papa siempre podrá hacerse eco de nuestro pedido de libertad», insistió Torrealba. Tal era la expectativa que reinaba en la alianza antichavista que hombres y mujeres vestidos de blanco comenzaron ayer una vigilia en la iglesia La Chiquinquira, en Caracas.
«Pedimos un gesto humanitario al presidente Maduro», destacó Lilian Tintori, la mujer de Leopoldo López. Acompañada por Patricia Gutiérrez, la esposa de Daniel Ceballos, Tintori aseguró que la huelga de hambre se levantaría en cuanto se cumplan sus peticiones. Gladys Castillo, concejal de Caracas, resaltó que la oposición insistirá en las mismas exigencias de López: fecha de las parlamentarias, que esas elecciones cuenten con observación de la OEA y la UE; que se libere a todos los presos políticos, y que cese la represión a la disidencia y la censura a los medios.
Ya son 30 las personas que iniciaron una huelga de hambre en apoyo a las exigencias de López y del alcalde destituido de San Cristóbal, Daniel Ceballos. Se trata de 4 presos políticos, 1 diputado regional, 4 concejales y 21 jóvenes.
Tintori confirmó que la vigilia continuará hoy, a la espera también del expresidente español Felipe González. Una visita para la que el chavismo se prepara con sus mejores «galas»: su aparato propagandístico creó las etiquetas #FelipeFueradeAqui y #VenezuelaseRespeta, que impulsarán todo el día en las redes sociales, y también se han programado protestas en todas las plazas de Bolívar del país, una por estado.
«Ese señor está anunciando otra vez que viene en una visita agresiva. Nosotros nos vamos a la calle el domingo a repudiar su presencia… Es un oscuro ser que instaló los escuadrones de la muerte», acusó Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador, junto a Caracas, y uno de los hombres fuertes del chavismo.
«¡Prepárense para un tiempo de masacre y muerte si fracasara la revolución bolivariana!». Nicolás Maduro aprovechó la inauguración de un centro de alimentación socialista cerca de Caracas para lanzar un mensaje apocalíptico pocas horas antes de la llegada de Felipe González a Venezuela. Y lo hizo de forma iracunda, abroncando a los presentes e imitando a Chávez, quien gustaba de los mismos juegos histriónicos para apretar sus filas durante las crisis.
A lo largo de una semana repleta de apariciones públicas, el hijo de Chávez ha dejado constancia, sin decirlo, de que las encuestas son catastróficas para el chavismo: entre 15 y 20 puntos separan a los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de los oficialistas. El índice de popularidad de Maduro no llega al 25%, «la gestión peor evaluada de la historia nacional», según el editorial de Tal Cual, el diario reconvertido en semanario del perseguido Teodoro Petkoff. De ahí al llamado a «repolarizar» al país para seguir con los «logros» de la revolución bonita. «Llamo al despertar nacional frente a una oligarquía que se dedica a buscar malandros (delincuentes) para pagarles con dólares y droga para que se cometan crímenes horribles en las calles», añadió el mandatario, sin pruebas, en el mismo día que una banda de la caraqueña Cota 905 arrinconaba a efectivos policiales lanzándoles granadas y a tiro limpio. El hampa desbordada, como les gusta resumir a los venezolanos.
Los agentes tuvieron suerte: sólo hubo siete heridos. La guerra no declarada que sufre Venezuela desde hace una década se ha cobrado este año la vida de 60 uniformados sólo en el Gran Caracas. El mundo al revés: a los policías se les mata para robarles el arma y como demostración de poder en las calles.
Una violencia que vive capítulos crueles todas las semanas. Crueldad máxima, en eso no yerra Maduro. A Manuel Villarroel, de 13 años, le mataron mientras jugaba en su habitación con la Playstation, en su domicilio caraqueño. Unos ladrones entraron a robar: le asestaron una puñalada en el cuello y un golpe en la cabeza con un bate de béisbol. A María de los Ángeles Aguilar, de la misma edad, le pegaron tres balazos cuando salía de la ducha, en su casa de Santa Teresa del Tuy. Los malandros buscaban a su hermano, pero se vengaron con ella.
El segundo país del mundo en homicidios (casi 25.000 el año pasado) y el primero, por goleada, en el ránking de inflación. Pese a que el Banco Central de Venezuela no publica cifras, este viernes se supo que la inflación interanual, la que va desde mayo de 2014 al mes pasado, ya ha superado los tres dígitos: los precios aumentaron un 105,9%, frente al 3,8% de Colombia, el 4% de Ecuador o el 5,2% de Bolivia, según la proyección de Latin American Consensus.
«Hace unos meses la escasez era el principal mal que afectaba a la familia venezolana. Poco a poco está siendo desplazada por la inflación», afirma Henkel García, director de Econométrica. La recesión (-6,5% en el PIB) acompaña las colas que siguen inundando las calles de gente en busca de alimentos, productos básicos y medicinas.
Mientras, la oposición reclama desde hace semanas que el Consejo Nacional Electoral haga pública la fecha de las elecciones parlamentarias, que tanto preocupan a Maduro.