Grecia, de nuevo

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 19/08/15

¿Surtirá efecto este tercer rescate? ¿Sacará a Grecia del pozo? Me inclino a pensar que no, que será como los anteriores.

España va a contribuir con 10.148 millones de euros a los 86.000 del tercer rescate a Grecia. Diez mil millones que nos vendrían muy bien para tapar agujeros. Pero que nos toca pagar según las cuentas del Eurogrupo. Si otras veces hemos pedido solidaridad a nuestros socios, ahora tenemos que ser solidarios. PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, PNV, CiU, y UPyD votaron a favor por muy distintas razones. IU, ERC, BNG y Amaiur, en contra, alegando que ha sido una imposición a Grecia del capitalismo internacional.

El problema, sin embargo, es otro, infinitamente más grave, por lo que nadie habla de él: ¿Surtirá efecto este tercer rescate? ¿Sacará a Grecia del pozo en que se encuentra? Es lo que nos dicen, pero me inclino a pensar que no, que será como los anteriores, dejando a Grecia aún peor de lo que está, con una deuda de 400.000 millones de euros, en vez de los 320.000 que tiene. Y no soy sólo yo quien lo teme, sino bastantes más. Ya el hecho de que el FMI se niegue a participar en este rescate advierte de que tiene también sus dudas.

Dudas fundadas, como que el propio Gobierno griego ha tenido enormes dificultades en sacar adelante el rescate. Tsipras sólo pudo aprobarlo con el apoyo de la oposición, ya que buena parte de su partido, Syriza, votó en contra. Ante lo que ha convocado un referéndum sobre el mismo el mes próximo. ¿Y si lo pierde? Pues no tendría más remedio que convocar nuevas elecciones, con todo lo que ello significa, empezando por la paralización de toda actividad legislativa, incluida la que afecta al rescate. ¿O es eso precisamente lo que busca, posponer la puesta en práctica de las medidas que le exigen y dejar a otros la patata caliente? Vaya usted a saber, pero la astucia de los griegos en los negocios es legendaria.

Y la dureza de esos ajustes asusta al más templado. Meterle el cuchillo a unas pensiones desmadradas, acabar con los privilegios de bastantes profesionales, incluidos los peluqueros (por su riesgo al usar tintes), crear un catastro, una agencia tributaria moderna, poner los bienes públicos –puertos, aeropuertos, grandes compañías estatales– en manos de un consorcio internacional es algo que repugna a cualquier izquierdista y humilla a cualquier ciudadano. Pero si no hace eso, Grecia no será nunca un país moderno. Y o lo hace o sale del euro, ya no hay más oportunidades, como sabe muy bien Tsipras.

A nosotros, los españoles, nos toca una opción bastante más sencilla, aunque también dolorosa: contribuir al tercer plan de rescate de Grecia, con la posibilidad de perder otros 10.148 millones de euros que añadir a los 26.000 ya invertidos allí, o enfrentarnos a nuestros socios, con consecuencias que pueden pasarnos factura a la larga. O a la corta.

Lo único bueno del caso es que nos ha mostrado, de la forma más brutal lo que ocurre cuando la ultraizquierda se hace cargo de los negocios de un país. Con el riesgo añadido de que Grecia no tiene un problema territorial como nosotros.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 19/08/15