EL MUNDO – 20/06/15
· El ascenso de Andrea Levy y Javier Maroto les convierte en nuevos referentes y da relevancia al discurso territorial El ex alcalde de Vitoria se perfila como posible relevo de Quiroga en el PP vasco.
Con la renovación de la dirección del PP Mariano Rajoy ha puesto en marcha un plan para las elecciones generales que, le saldrá bien o mal, pero abre un camino contrario al trazado hasta ahora. Sus cambios, además de intentar mejorar el discurso político del PP, esconden la voluntad de recuperar posiciones en Cataluña y en el País Vasco, con el ascenso a la nueva primera línea del partido de dos políticos con este origen. Andrea Levy, procedente del PP catalán, y Javier Maroto que, como alcalde de Vitoria (ahora ex) es una de las figuras de los populares vascos. La llegada de ambos a Madrid, como vicesecretaria de Estudios y Programas –Levy– y vicesecretario de Sectorial –Maroto–, les convierte en nuevos referentes en sus territorios, con opciones de ganar peso en el futuro, según aseguran fuentes populares.
Las elecciones municipales han confirmado el declive político del PP vasco y del catalán, hasta el punto de que los populares corren el riesgo de ver parcheado su discurso nacional si continúa su retroceso en estos dos territorios y en Navarra. De hecho, uno de los tantísimos lamentos internos que deja la legislatura es la falta de un relato del partido sobre Cataluña, al margen de la defensa de la legalidad esgrimida desde el Gobierno. El horizonte de unas elecciones catalanas en septiembre, donde se vean superados por Ciudadanos e incluso borrados del mapa político, empieza a percibirse como una seria amenaza.
Ante ella, Mariano Rajoy dio el jueves tímidos pasos con el ascenso de Andrea Levy y Javier Maroto. Ellos están destinados a recomponer los descosidos que tiene el discurso del PP en Cataluña y País Vasco y, probablemente, también a adquirir más funciones.
Fuentes populares sostienen que Javier Maroto, con su nombramiento como vicesecretario, da un paso de gigante en la política nacional, que podría auparlo como relevo de Arantza Quiroga en la presidencia del PP vasco. Debilitada por no haber logrado la unidad en el partido, tras su enfrentamiento con el sector que lidera el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, Quiroga, según afirman desde el partido, se enfrentará a un complicado congreso.
En una situación similar se encuentra la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que deberá ser ratificada como candidata, si finalmente Artur Mas, como teme el PP, convoca elecciones autonómicas el 27-S. Pese a la existencia de voces internas apuntando a su sustitución, Sánchez Camacho da por seguro que repetirá candidatura. Mientras, hoy mismo, Andrea Levy se estrena como vicesecretaria de Estudios y Programas con una rueda de prensa en Barcelona para valorar la actualidad política.
Tanto Arantza Quiroga como Alicia Sánchez Camacho mantienen una buena relación con María Dolores de Cospedal y aunque, con los cambios introducidos, la secretaria general queda orillada en la dirección política del partido por el inicio de la precampaña electoral y el aterrizaje de Jorge Moragas como director de campaña, fuentes del PP sostienen que seguirá controlando la organización, con Fernando Martínez-Maíllo –nuevo vicesecretario en este área– como número dos.
El hecho de que Maíllo esté imputado junto al resto del consejo de Administración por la concesión de créditos de Caja España ha acabado por aguarle al PP la fiesta de los cambios. Fuentes populares ven en su elección un desgaste innecesario mientras ponen el acento en la novedad que suponen Levy, Maroto y Casado «jóvenes y frescos, como los de Ciudadanos», apuntan. Ellos tres, junto a Maíllo, sumaron ayer más de 20 apariciones en los medios de comunicación, en lo que el PP ha llamado «la ofensiva de las nuevas caras» del partido.
En el partido, en general, se han valorado bien los movimientos de Rajoy y se ha lamentado, también, que no se hicieran antes, tras los avisos que ya dieron las elecciones europeas y las andaluzas. La llegada de Moragas a Génova pone, por fin, solución a uno de los mayores problemas de la legislatura, la descoordinación entre PP y Gobierno, por la mala relación que mantienen Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Ayer la vicepresidenta dijo que los ministros están «a la máxima disposición» del partido.