ABC 19/05/14
· El PNV denuncia que ha bajado las ayudas a la industria un 35% y el PP eleva el dato al 70%
«Los empresarios guipuzcoanos se están marchando. Algunos lo han hecho ya y otros tienen pensado hacerlo». El Gobierno de Iñigo Urkullu y las patronales vascas han alzado su voz preocupados ante la «constatable» fuga de empresarios de Guipúzcoa a otras provincias para escapar de la política económica y fiscal de Bildu. Un modelo de mayor presión implantado esta legislatura con la complicidad del PSE y que según denuncia Confebask es «dañino» para quienes invierten en el territorio guipuzcoano. Sobre todo, porque incorpora figuras impositivas que «no existen en ningún otro sitio, ni en España ni en el mundo desarrollado» y que provoca que algunos empresarios se vayan fuera.
La patronal guipuzcoana Adegi confirma a este diario que la deslocalización es un hecho y lo es «a consecuencia» directa del nuevo Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas (IRGF), aprobado por Bildu y PSE en diciembre de 2012. Aunque no hay datos objetivos, en este arranque de la primera campaña en la que se tributa esta nueva figura tributaria se «constata» que algunos empresarios han cambiado ya su domicilio fiscal a Vizcaya y Álava, y también al resto de España para salir del territorio gobernado por Bildu. La coalición radical, muy beligerante contra los intereses de los empresarios, se jacta de haber roto relaciones con la patronal Adegi hace casi un año, y desde que en 2011 llegó al poder ha rechazado activar «planes anticrisis» para relanzar la economía local, porque «no sirven para nada».
«Es un desastre»
El Gobierno vasco ha activado la señal de alarma. «Algunos empresarios se están yendo por el impuesto a la riqueza de Bildu», aseguró la consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, en una entrevista a El Diario Vasco días atrás. Tapia admitió el «desequilibrio» entre la política fiscal de la coalición radical en Guipúzcoa y el resto del País Vasco, que junto con Navarra tiene competencias únicas en la materia.
«Es un desastre», ahondó la consejera del PNV, que cargó contra el «nulo» interés del Gobierno de Martín Garitano por la industria local, el motor del tejido productivo guipuzcoano, que aún y con todo resiste mejor que nadie la crisis y sigue presumiendo de mejores datos en desempleo y en la re-
Garitano, en una concentración de apoyo a los detenidos de Herrira, en septiembre del pasado año caudación que el resto. Pero aunque Guipúzcoa aguanta sobre sus cimientos –el 95% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores–, la situación se ha agravado y ahora ocupa los últimos puestos en los parámetros de creación de emprendizaje.
«El ADN guipuzcoano siempre fue asumir riesgos para crear riqueza. Bildu ha bloqueado el emprendizaje convirtiéndonos en el único territorio del mundo occidental que tiene un impuesto sobre la propiedad empresarial, no sobre la actividad», se lamenta Juan Carlos Cano, portavoz del PP en las Juntas Generales de la provincia.
El PNV también es muy crítico y asegura que el Ejecutivo de Garitano «está atacando al motor principal de la economía productiva» guipuzcoana y se muestra «totalmente lejano» a la masa industrial.
«Tijeretazo» de Bildu
Desde el grupo juntero del PNV cifran en un 35% la reducción de los recursos destinados por la Diputación a la promoción económica en los tres años de gobierno de Bildu. El PP habla de un tijeretazo del 70% y traslada la corresponsabilidad de la situación a PNV y PSE, que le han ayudado a Bildu a sacar sus cuentas. «Han amparado el mantenimiento de Bildu en el poder. En el fondo son cómplices y ahora tratan de lavarse la cara con cortinas de humo presentando planes de promoción económica sin contenido», critica Juan Carlos Cano.
El polémico Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas entró en vigor el año pasado aunque tendrá efecto en la declaración de este año por primera vez. Si hasta ahora los empresarios tributaban sus inversiones por el impuesto de Sociedades, ahora lo hacen como patrimonio personal (máquinas, pabellones, inmuebles), con el agravante de que desaparece en Guipúzcoa el límite de «renta-patrimonio» que sigue vigente en el resto de España, el llamado «escudo fiscal». Además, las bonificaciones por empresa familiar se reducen del 100% generalizado al 75%. La Diputación de Bildu señala que el bautizado vulgarmente como «impuesto a los ricos» afecta a 7.000 contribuyentes guipuzcoanos.
Los asesores fiscales ya advirtieron que supone «un doble gravamen» que tiende hacia la «confiscatoriedad» del tributo, lo que podría incurrir en un supuesto de inconstitucionalidad. «En teoría, con el nombre de Grandes Fortunas han querido penalizar a los más ricos, pero realmente perjudican al pequeño y mediano empresario. Se les obliga a tributar por el doble todo el ahorro», asegura Iñaki Irigoyen, experto fiscal de Cuatrecasas. El PNV también cree el nombre del tributo «un insulto».