JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • Después de ganar el debate a Sánchez, ha permitido, con catastrófica desidia, que el PSOE creara ‘el marco de un Feijóo mentiroso

Usted no podrá gobernar ni derogar el sanchismo. He ahí las consecuencias del centrismo, sinónimo de nada. He ahí la eficacia de su obsesión con robar voto al PSOE a base de utilizar su mismo lenguaje, pues había que crecer por la izquierda. He ahí lo que pasa cuando hace ascos a diario a Vox (partido que la derecha social aprecia) mientras prima al PSOE, le acaricia el lomo a lo que solo existe en su cabeza. ¿No iba a movilizar a no sé qué masa de izquierdistas descontentos con el sanchismo? He ahí lo útil que resulta alardear de no hablar en español en la vida pública gallega, una apología de la diglosia. He ahí los frutos de alegrar los oídos a La Vanguardia y al Círculo de Economía en Barcelona, empeño inútil sobre vergonzoso. Al final, tanta renuncia, tanto interés en que te tomen por socialdemócrata, ha hecho operativo lo que parecía un muñeco diabólico de voluntarismo cochambroso: Zapatero, con esas lecciones de astrofísica (gracias, Jon) de las que el lobista de Maduro coligió la derrota de la derecha. Advirtiendo, infame, de que esta no aceptará el resultado. Creíamos que Tezanos se había inmolado como sociólogo, científico de carné en la boca. Que sería infecunda la campaña de El País aferrándose a la remontada. Pues los propagandistas han autocumplido su profecía.

Las trompetas del Apocalipsis a cuenta de Vox han funcionado. Las siete. Es lo que pasa cuando un líder del PP se pone equidistante entre Podemos y Vox, esos extremistas, contribuyendo a que la prensa del canon hiciera verosímil la llegada del juicio final si no ganaba Sánchez. Les ha servido hasta el manifiesto de los intelectuales, tipo nieta de Lola Flores. No hay abajofirmante del régimen que no resucite admonitorio cada vez que ve peligrar esa superioridad moral que se arrogan porque sí, porque ellos lo valen. Jamás dan paso a artistas que no reproduzcan sus prejuicios, y ahora los canceladores profesionales agitan dos anécdotas presupuestarias y gritan ¡censura! Y ustedes lo alimentan, y no hay medio que explique lo que hubo en realidad. Y, sobre todo, nada de guerra cultural, ¿verdad, señor Feijóo? La construcción del imaginario para la izquierda, y a sus votantes que les den. A conformarse con la hegemonía ‘woke’ y a tragarse todas sus categorías envenenadas.

Después de ganar usted claramente el debate a Sánchez, ha permitido, con catastrófica desidia, que el PSOE creara ‘el marco de un Feijóo mentiroso’. Esa jugada implicaba un Sánchez sincero, y ha colado. Es asombroso, incomprensible y triste. Ahora toca aceptar el resultado y sus consecuencias personales. La derecha no es de rodear el Congreso ni las sedes del adversario. No deslegitimará el resultado según la vieja costumbre socialista, comunista y separatista, esa parte que no aparece en la memoria democrática porque es verdad. En el centroderecha son torpes, pero demócratas. Lo doy por hecho.