Miquel Giménez-

  • Esta es la verdad que muchos de ustedes, incrédulos, no quieren aceptar

¡Ateos del sanchismo, fachosos, escépticos de Su Pedridad, arrodillaos y dad fe de vuestros errores, porque fue hablar Pedro y volver la luz! Bueno, al menos en casa de quien esto escribe. Servidor, residente en Barcelona, hallábase postrado de hinojos frete a un viejo transistor de esos que van con pilas y tienen dos ruedecicas, una para la OM y otra para la FM. Lo de siempre, que acostumbra a ser lo que nunca falla. Escuchaba embelesado a Pilar García Muñiz que hizo un programa irreprochable, informativo, serio, sin dramatismos, sin concesiones al sensacionalismo, un programa, del que se puede sentir orgullosa mi querida Pilarica, la ebúrnea, la Cope y todos sus oyentes que no somos pocos.

De repente, habló Él. El presidente. El faro, luz y guía de los españoles. Casi una hora más tarde de lo anunciado, pero habló. Y dijo que sí, que había un corte en el fluido eléctrico – expresión que se suma a otras clásicas como serpiente multicolor, marco incomparable o como no podía ser de otra manera -, que estaban trabajando en ello parafraseando a Aznar, que no podía decir a qué se había debido ni tampoco lo que se estaba haciendo para resolverlo. Ninguna explicación, ningún dato. No supo concretar qué medidas se estaban llevando a cabo para conocer origen y procedencia del apagón más grave que ha sufrido España.

¡Pero cómo lo dijo, con qué verbo, con que profusión de adjetivos, con qué oratoria! El resumen es que, en materia del apagón, nos dejó a oscuras e insistió en que no diésemos pábulo a bulos, que la fachoesfera es muy suya, y que quien quisiera informarse lo hiciera a través de canales oficiales, a saber, Él y sus medios. Lo que equivale a decir que tardaremos en conocer qué hay detrás de este hecho insólito que, por lo pronto, ha costado a la economía española sus buenos millones de euros y a los españolitos de a pie un sinfín de contratiempos y sustos.

¿Quién pensaría en la impropia y grosera actitud de Mariyoli y Marijesú haciéndose selfies como dos colegialas setenteras en un concierto de Los Pecos? Todo había sido eclipsado, y nunca mejor dicho, por el apagón.

Calmado mi espíritu por tan balsámicas palabras que hablaban, sin decirlo, de resiliencia, estoicismo y las mujeres, los niños y el presidente primero, de pronto las luces de mi casa, que es la de ustedes, se encendieron y volvió la electricidad, el internet, los móviles funcionaban y todo retornaba a eso que hemos convenido en llamar normalidad que de normal no tiene apenas nada. ¿Qué importaba si al hermano de Sánchez el juez había decidido que fuera p’alante? ¿O la ausencia de Sánchez en las exequias del Papa? ¿Quién pensaría en la impropia y grosera actitud de Mariyoli y Marijesú haciéndose selfies como dos colegialas setenteras en un concierto de Los Pecos? Todo había sido eclipsado, y nunca mejor dicho, por el apagón.

Sin entrar en el origen – los ingenieros dicen que podría ser un pulso electro magnético y eso no sucede por causas naturales – que España quedase sumida en la oscuridad podría ser el paradigma de los tiempos que corren. Todo se funde a negro y Sánchez aparece para capitalizar que la luz ilumine de nuevo nuestras vidas. Porque aunque tardemos en saber la verdad  todavía no sabemos con certeza quién mató a Prim o a Carrero Blanco – Sánchez tiene tema para días y pretenderá capitalizar la solución al asunto. De Sánchez el iluminado a Sánchez el iluminador; de Sánchez, el que buscaba la oscuridad detrás de una cortina para manosear unas urnas en el PSOE al Sánchez que trae de su mano la luz de la vida. Esta es la verdad que muchos de ustedes, incrédulos, no quieren aceptar, pero que habiendo vivido un milagro más grande que el de Fátima, Lourdes y la multiplicación de los panes y los peces, todos sumados, he de proclamar. ¡Arrepentíos, pecadores, pues Pedro habló y se hizo la luz! Ahora habrá que ver a qué precio nos la cobra, pero eso ya son otros Garcías.