LIBERTAD DIGITAL 25/05/17
PABLO PLANAS
Los palmeros de Rajoy sostienen con pompa de connoisseurs que Puigdemont no es como Mas desde el día en que los cupalaris le dieron el visto bueno para president. Estos finos analistas monclovitas han desarrollado toda una teoría basada en la hipótesis de que los nacionalistas son seres racionales. Sin duda. De los que piden raciones en los bares, como dice la canción de Siniestro Total. Y unos demócratas de la pera. Para poder presentarse con ERC, el partido del trespercent aceptó que Mas fuera de cuatro de la lista de Junts pel Sí por Barcelona en las últimas autonómicas, pero como candidato a presidente, un puesto que al final recayó en Puigdemont, alcalde de Gerona, que era el tercero de la lista por la provincia susodicha.
En el expediente catalán, Rajoy y sus ministros manejan muchas pistas falsas que tachan de frikis a quienes se oponen a las prácticas totalitarias del catalanismo, que describen como provocadores trasnochados a los padres que piden enseñanza bilingüe, que ridiculizan a los disidentes y que han impuesto la especie de que el ochenta por ciento de los residentes en Cataluña quieren un referéndum de autodeterminación. El setenta, según el penúltimo editorial de La Vanguardia.
No saben muy bien en qué consiste la histórica ofensa, pero los encomendados de Rajoy para el asunto catalán abordan todo contacto con los promotores del proceso separatista en la obligación de pedir perdón por trescientos años de presuntos agravios y ávidos de empaparse en pánfilas interpretaciones del seny, la rauxa y el acto de untar pan con tomate. Es esa flor de la inocencia de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría que quedó tan a la intemperie cuando la intervención en Madrid de su contacto en Barcelona, Oriol Junqueras, otro que no era como Mas.
El que menos se parece al hijo político de Pujol es Raül Romeva, tercer tenor en la presentación del nuevo Estado catalán en el Ayuntamiento de Madrid. Romeva nació en Madrid por accidente, pero es de San Cucufato (Sant Cugat) de toda la vida, chico díscolo y chico listo de buena familia, eurodiputado eurocomunista y euroecologista vegano en cuya trayectoria vital destacan tres hitos mojones. Romeva denunció en Bruselas que cazas españoles sobrevolaban Cataluña para espanto de los pastores y también un pisotón del defensa del Real Madrid Pepe al delantero del Fútbol Club Barcelona Messi que era la quintaesencia sublimada de la intrínseca maldad arbitral española y corroboración matemática de la leyenda negra de la negra España contra Cataluña. La tercera y no menos importante aportación a la humanidad de Romeva es una novela titulada Sayonara Sushi, fruto del solaz de diez años de prácticas en la cámara europea y alerta muy seria sobre las severas consecuencias para la alta gastronomía de la nefasta práctica de alimentar a los gatos con atún en lata.
La única salida está en la gente, la gente que a pesar de la abstinencia y abstención del Estado en Cataluña dedique la jornada del referéndum a pasar el día a pesar del proceso, sin votar y sin validar una votación que se celebrará por incomparecencia del Estado. Los separatistas se juegan una cena. Otra cosa será que los separatitstas atribuyan el fracaso participativo a las «amenazas» del Gobierno y vuelta a empezar.