Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
En plena epidemia de recaudación, con los ingresos fiscales subiendo sin cesar, el consejero Azpiazu propone aumentar la progresividad del sistema. El consejero Azpiazu ha desarrollado una curiosa manera de pensar en los último tiempos según la cual, y a modo de ejemplo, ETA con su macabra actuación perjudicó ‘algo’ a algunos vascos, pero ‘nada’ a las empresas y a la economía vasca. Una opinión tan extravagante que obligó al lehendakari a salir a la palestra para desmentirla. Aunque dudo mucho que quiera sumarse a Sumar, ahora se mimetiza con Yolanda Díaz y pide apretar más con los impuestos.
A mí me parece perfecto que el señor Azpiazu piense lo que quiera, ¡faltaría más!, pero me sorprenden algunas cosas y me irritan otras. Por ejemplo, que se pidan aumentos de la fiscalidad sin dar cuenta antes de la efectividad real de los gastos ya incurridos. ¿Está convencido el señor Azpiazu de que todos los gastos que paga son necesarios, que son eficientes, que no hay ninguno duplicado? ¿Dónde quedaron las 400 duplicidades que identificó hace siglos el exlehendakari López? ¿Se ha eliminado alguna de ellas? ¿Sí?, ¿Cuál exactamente?
Hay más. Se puede pedir mayor progresividad en los impuestos, ¡por supuesto!, pero pedirla sin aclarar cuál es la actual y cuál es el nuevo nivel que se propone es inútil. Es querer quedar bien sin hacer nada, es perjudicar.
Como usted ya sabe, y seguro que el señor Azpiazu también lo sabe, el cruce del IRPF con el Impuesto de Patrimonio puede llevar el marginal al 65% de los ingresos. ¿Le parece poco al señor Azpiazu? ¿Hasta dónde exactamente propone subir la progresividad? ¿Se le ha olvidado decirlo o no lo ha pensado suficiente y es una idea lanzada de manera irresponsable? He hecho la prueba muchas veces con políticos que proponían lo mismo. Ninguno me supo contestar a ninguna de las dos preguntas. Estoy seguro de que el señor Azpiazu sabe contestar a la primera, pero dudo mucho que haya pensado en la segunda. Por eso me atrevería a pedirle que no hable de ella hasta que no tenga una propuesta más elaborada y mejor definida.
Hay mucho más. ¿Ha estimado el señor Azpiazu cuáles son los efectos colaterales de su propuesta? Aquí estamos todo el día devanándonos los sesos sobre la manera de atraer capital y talento para que trabaje con nosotros y haga progresar al país. ¿Ha evaluado cuántos ‘talentos’ y cuántos ‘capitales’ se sentirán atraídos e interesados por su propuesta y a cuántos ahuyentará?
Seguro que en Sumar recibirán su idea con entusiasmo pero, ¿la comparten también en su partido?