Santiago González, EL MUNDO, 9/5/12
Los analistas habían considerado que la ruptura de Basagoiti con López supon dría un adelanto electoral, pero eso es porque no conocen de qué madera tan resistente están hechos los héroes. Hay mucha legislatura por delante: muchos cargos institucionales, 12 mensualidades y dos pagas extras, no diré más.
Empezó bien la legislatura. El lehendakari fue una revelación, un general Della Rovere que se crece al asumir un papel hasta las últimas consecuencias. El PP arrinconó agravios, como las conversaciones con Batasuna anunciadas el 30 de mayo de 2006, su lamentable comportamiento con Rajoy en la capilla ardiente de Isaías Carrasco y aceptó prestarle la mayoría absoluta en el Parlamento a cambio de nada en términos de poder.
Siempre llevó mal su sociedad, sin darse cuenta de que eso socavaba su propio prestigio y liderazgo. Él habría querido dar el sorpasso al PNV y ser lehendakari con un vice nacionalista. No pudo ser e hizo lo que cabía, mientras los suyos escupían por el colmillo su desdén hacia sus socios. Ya ha- bían adelantado la ruptura Odón Elorza y ese presidente que, como Cossiga, al decir de Jean François Revel, «muestra un equilibrio mental intermitente», pese a lo cual ejerce siempre de guía. Para negociar con los terroristas o denunciar el pacto con el PP.
Ahora que Odón y Txusito se han salido con la suya, López reprocha a Basagoiti que haya roto para «plegarse a los recortes de Rajoy». Se cumplen dos años del viraje de Zapatero la noche en que las llamadas largas le llevaron a congelar las pensiones en contra del Pacto de Toledo, recortar el 5% a los funcionarios, suprimir los 2.500 euros del cheque-bebé, recortar las inversiones del Estado en 6.045 millones, eliminar la retroactividad de las prestaciones por dependencia y recortar 600 millones en cooperación al desarrollo. No lo contó por discreción, pero aquel mismo 12 de mayo, el lehendakari descolgó el teléfono para dar un ultimátum: José Luis, o te comes esos recortes o rompo mi acuerdo de Gobierno con Basagoiti ahora mismo. «Yo nunca me plegué al viraje y a los recortes de José Luis».
Quizá López se inspire en Ibarretxe, un Aureliano Buendía que mejoró su récord: en la legislatura 1998-2001 afrontó más de medio centenar de votaciones parlamentarias y las perdió todas. Tal vez espere que el PNV le devuelva su gentileza al aprobarle las cuentas entre 2006 y 2009 y le apruebe los Presupuestos de 2013, so pena de parecer unos malquedas. En todo caso, ya no se lleva el clasicismo. Basagoiti debe de mirar con asombro aquellos tiempos en que Jordi Pujol, sostén parlamentario del PSOE, llamó a Felipe González para notificarle que no le iba a aprobar los Presupuestos y el presidente supo que debía disolver las cámaras. ¡Qué tontería y qué flojos eran antes los líderes! «Hoy hay más motivos para seguir», escribió ayer López en su blog, lo cual está bien para compensar, ya que tiene menos escaños que la víspera. No convocará las elecciones que pide su ex socio, ni solicitará la confianza de la Cámara, tal como quiere el PNV. ¿Para qué, si tiene motivos de sobra? Motivos para creer, naturalmente.
Santiago González, EL MUNDO, 9/5/12