ESPAÑA
«No veo grandes razones par ser pesimista». «He venido a España en visita oficial, porque he estado ausente mucho tiempo», señala Juncker, que fue recibido ayer por el Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, entre otros. Se muestra optimista con la cuarta economía del euro. «Hemos dado dos años más para ajustar sus cuentas y tuvimos un gran debate interno sobre si España y Portugal debían ser sancionadas. Yo tuve una fuerte posición en contra de sancionar porque España tenía problemas políticos y España está creciendo a gran velocidad».
El luxemburgués ha recordado a Rajoy que tiene que presentar el llamado borrador de plan presupuestario para juzgar si es suficiente para bajar el déficit en 2017 desde el 4,6% al 3,1. «Tiene que presentarlo y lo estudiaremos para tomar una decisión», señala cauto, pero sin atisbo alguno de presión. «No veo grandes razones para ser pesimista con España». Juncker, miembro del Partido Popular Europeo, sí lamenta que «España ha estado demasiado tiempo sin Gobierno» tras las elecciones del 20 de diciembre, pero cree que con la flexibilidad concedida por Bruselas «teniendo en cuenta las circunstancias». España no será un problema.
AUSTERIDAD
«Esta Comisión interpreta las reglas de manera diferente a lo que se hacía antes». Juncker defiende el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento que obliga a los países miembros a bajar el déficit del 3% incluso en recesión, pero también que debe ser interpretado con flexibilidad. El Gobierno español puede definir las medidas con las que cuadrar el déficit con libertad. «La Comisión actual no está dictando ninguna medida, son los gobiernos los que las escogen», sostiene, aunque admite «influencia» del Ejecutivo comunitario. «Tenemos un sistema en el que no hay un gobierno, así que al no tenerlo tenemos que tener reglas y los países tienen que obedecerlas, pero desde que está esta Comisión, las reglas son interpretadas de forma diferente que antes, por eso estamos recibiendo críticas fuertes de todas partes». El luxemburgués preside la Comisión desde noviembre de 2014 y describe así el fuego cruzado que dice recibir. «Tengo que afrontar quejas de unos sobre que somos muy suaves y otros que dicen que estamos empujando países a la pobreza». En su opinión, tanto «las críticas en el norte como en el sur no son justas», pero hace un guiño al Mediterráneo. «Me siento más cerca de los sentimientos que expresan los países del sur que en el norte».
ITALIA
«Espero que los italianos voten ‘sí’, por muchas razones». El máximo responsable del Ejecutivo comunitario se muestra más que preocupado por el referéndum de este domingo en Italia, la tercera economía del euro que puede entrar en una fase de alta inestabilidad política. «No quiero especular ni interferir en el debate interno», advierte, pero se decanta claramente por una respuesta. «Espero que los italianos voten sí, por muchas razones». No obstante, confía en que la eurozona pueda gestionar «las consecuencias» que, en su opinión, tendría un voto negativo.
POPULISMO
«Hay partidos tradicionales que imitan a los populistas, pero los ciudadanos votan luego a los originales». «El verdadero peligro es la entrada del populismo en los partidos tradicionales», lanza Juncker sin mencionar expresamente a ninguna fuerza política europea en particular. «Están haciendo lentamente las mismas cosas que los populistas», lamenta. «Imitando a los populistas se convierten en populistas y acreditan un discurso casi único, pero los ciudadanos votan después a los originales», señala burlón.
Lo que rechaza es que la política de ajuste de Bruselas haya generado el populismo en Europa. «Atribuir el populismo a una austeridad excesiva es un paso que no voy a dar (…) el populismo tiene otras razones. la política de inmigración no tiene nada que ver con la austeridad y hay populistas que se han inspirado en ella».
INMIGRACIÓN
«Cuando venían emigrantes españoles les ayudábamos, ahora se rechaza al que viene de fuera». «Lo que me inquieta, se puede decir de todo en Europa. Hay un discurso sobre el rechazo al otro. Nos hemos vuelto ciegos, porque no nos gusta ponernos en el lugar del otro. Ya no sabemos lo que es el drama de la emigración», manifiesta Juncker. «Cuando era pequeño venían jovenes emigrantes italianos o españoles que lloraban porque no conocían el idioma y lo que hacíamos era ayudarlos, jugar al futbol con ellos, invitarlos a casa…». En cambio, «ahora ven llegar a los emigrantes y los rechazan, esto es un drama, esto ya no es Europa».
Como contrapunto apunta este consuelo. «Hay cientos de miles de personas que acompañan a los refugiados desde voluntarios a organizaciones de todo tipo. Eso también forma parte de Europa, pero se oye menos».
TURQUÍA
«Erdogan nos culpa de no entrar en la UE, pero la pregunta es si quiere entrar». El luxemburgués ve cada vez más lejos cualquier posibilidad de retirar visados a los turcos. «[El presidente de Turquía] Erdogan nos echa la culpa de no entrar en la Unión Europea, pero la pregunta es si quiere entrar él», asegura tras criticar la dura normativa que está implantando el líder turco tras el golpe de Estado y que va en contra de las libertades europeas. «El señor Erdogan tiene que explicar a los turcos que él es el responsable de cumplir las condiciones que hemos establecido».